Estudiante
Programa de Finanzas y Relaciones
Internacionales
Universidad Externado de Colombia
Correo electrónico: Andres.Orjuela@diageo.com
El Estado, a través de sus instituciones, es el garante de proteger a sus
ciudadanos, así como de gestionar y dar respuesta a sus necesidades básicas. No
obstante, en algunos casos ese Estado puede no contar con la capacidad de
cumplir con sus funciones, momento en el cual los Organismos de Asistencia
Humanitaria, dada su razón de existir, actúan. Existe una necesidad
manifiesta que debe ser atendida. Pero hasta dónde va la función de cada uno
de estos actores y la prolongación de su actuación, convirtiéndose en un
escenario de las Organizaciones versus el Estado en la prestación de la
asistencia. El caso colombiano puede ser visto como un reflejo de este
planteamiento donde durante muchos años el Comité Internacional de la Cruz Roja
(CICR) y la Cruz Roja Colombiana (CRC) han jugado un rol trascendental en la
entrega de asistencia humanitaria.
Un Estado, sus Instituciones y el Gobierno velan porque sus ciudadanos
cuenten con las mejores condiciones y garantizan que tengan sus necesidades
básicas satisfechas. Para lograrlo, funcionan a través de una división de
poderes: Legislativo, jurisdiccional y ejecutivo. Entiéndase “la realización de
los cometidos estatales en cuanto requieren ejecución práctica, mediante actos
jurídicos y operaciones materiales”[1].
Sin profundizar en las descripciones de cada uno, se da por entendido que en la
fortaleza y transparencia de las Instituciones y sus gobernantes recae el
éxito. El interés y beneficio general de la sociedad debería sobreponerse a los
intereses particulares con el fin de llevar al Estado a un desarrollo
constante. Sin embargo, los retos a los que puede verse enfrentado un Estado,
impiden que en muchas ocasiones, el control sobre su territorio o bienestar de
su sociedad sea garantizado, impidiendo que cumpla con sus funciones y dejando
vulnerables a sus ciudadanos.
Casos como conflictos armados o situaciones de inseguridad que pongan en
riesgo a la población y no puedan ser solventados, generan un sinnúmero de
consecuencias que el Estado debe atender. Poblaciones a las cuales no es
posible proveer los elementos de subsistencia básicos: alimentos, agua, salud y
garantía de sus derechos. Confianza y prestigio de sus instituciones y
gobernantes, donde la transparencia y manejo de los recursos es vital para
ejecutar las políticas. En todos estos escenarios, muchos de los países en
desarrollo pueden fallar y Colombia no es un caso ajeno, donde más de 50 años
de conflicto armado y gobiernos desprestigiados traen consigo déficit en sus
funciones. Así, otros agentes de la sociedad civil han entrado en el panorama
para suplir deficiencias e intervienen para brindar Asistencia Humanitaria.
Para entender a dichos agentes, vale la pena profundizar en su razón de
ser y en la manera cómo desempeñan su misión. De por sí, su finalidad ya
representa una gran responsabilidad pues busca primar la vida y atender las
necesidades que puedan tener unos individuos sin importar más que la vida
misma, dejando cualquier etiqueta de lado[2].
Generalmente, la razón por la cual ellos existen y entran a actuar en alguna
situación es la existencia de una necesidad manifiesta que
deber ser atendida. Vemos su presencia y actuación constantemente y de
manera habitual, pero por lo mismo, podemos pasar por alto que es una tarea
compleja y de un alto riesgo[3].
El CICR es considerada la
organización humanitaria más robusta del mundo. Para poder desempeñar su papel
basa sus actuaciones en los 4 principios de la asistencia humanitaria conocidos
como NIHA:
·
Humanidad: Proteger a los seres humanos, donde prevenir y
aliviar el sufrimiento el objetivo principal.
·
Imparcialidad: Prima la necesidad y carácter de urgencia sin
hacer distinción alguna entre los posibles afectados. Entiéndase raza,
religión, sexo, opinión política, etc.
·
Neutralidad: Los actores humanitarios no deberán tomar
partido de orden político, religioso, racial o ideológico, en ninguno de los
contextos donde operan
·
Independencia: Autonomía al ejercer la operación. No debe
dependerse o estar afín a cualquier otro agente ajeno a la organización ya sea
por fines económicos, políticos o ideológicos.
Los campos en los que
normalmente el CICR desempeña su función son[4]:
·
Seguridad Económica:
Entrega de asistencia humanitaria y provisión de medios de vida.
·
Agua y
Hábitat: Mejoramiento al hábitat y acceso al agua para las poblaciones
afectadas.
·
Contaminación
por armas: Prevención en zonas de riesgo y conflicto, desminado humanitario.
·
Salud:
Acceso a salud básica, Primeros Auxilios, capacitación especializada para
actores sanitarios en contextos de conflicto, suministro y entrega medicamentos.
·
Protección:
A la población civil y no combatientes basado en el Derecho Internacional
Humanitario, diálogo confidencial con actores armados, intermediario neutral y
visitas de detención a privados de libertad.
En Colombia se llevan a cabo actividades en todos los campos mencionados
anteriormente. El conflicto armado y la falta de presencia del Estado en algunas
zonas del territorio nacional han generado, no solo para el CICR sino otras organizaciones
humanitarias, un campo de acción pues parte de la población no ve satisfechas sus
necesidades y se encuentran en situación de inseguridad. Combates entre los
grupos al margen de la ley y las FF.MM, instituciones débiles o inexistentes en
zonas apartadas del país y desplazamientos continuos de la población, entre
otros, han llevado a que el papel del CICR sea preponderante y continuo durante
más de 60 años en Colombia.
En términos generales, esta actuación de los organismos humanitarios
sería normal para el tipo de contexto y no sería nuestro cuestionamiento a no
ser por el impacto que esto puede generar en el funcionamiento normal de un
Estado. Dado que inicialmente algunas funciones del Estado que suple el CICR
deberían ser temporales y a corto plazo, parecería que su prolongación en el
tiempo genera una cierta comodidad. Los Estados parece que ven una oportunidad
al tener un tercero que hace su tarea y casi delega[5].
Aprovecha la oportunidad de no tener que invertir recursos y personal para que
la sociedad tenga una respuesta (ya sea esta completa, temporal o definitiva).
Casi que podría verse como un cierta pereza o indiferencia por el cumplimiento
de sus funciones como Estado puesto que, aun cuando exista una situación que lo
impida en el corto plazo los gobiernos son quienes deberían retomar las estrategias
de asistencia a sus nacionales. Así pareciera una complacencia en la cual, un
tercero (para el caso, organización internacional) atiende y presta asistencia
con sus propios recursos financieros y humanos. Es casi semejante a una
tercerización laboral vista desde un contexto empresarial.
Sin embargo, los Organismos Internaciones de Asistencia Humanitaria cual
sea su nombre, también juegan un papel en ello. Si un agente no
gubernamental, existe y puede prestar una función dada un necesitad de la
sociedad y se sabe que el Estado en su territorio no puede hacerlo, garantiza la permanencia en cierto sentido. Los donantes continuarán transfiriendo recursos
para destinarlos a la Asistencia Humanitaria y el Estado dejará que las
Organizaciones Humanitarias actúen en su territorio.
En resumen y retomando el ejemplo de la Cruz
Roja:
·
Estado: no puedo o tengo cómo atender a una población
o problema, entonces usted CICR-CRC. actúe y atienda con sus propios recursos.
·
CICR-CRC:
usos mis recursos y actúo con
independencia para brindar la asistencia.
·
Estado:
No uso recursos ni genero
políticas específicas para ese escenario.
·
CICR-CRC:
Continúo buscando recursos de
los donantes para la asistencia y sostengo mi presencia.
En Colombia, el CICR y la CRC fueron y continúan siendo actores
relevantes en el escenario del conflicto armado y post acuerdo de paz con las
FARC. Atendieron durante décadas gran parte el impacto directo del
desplazamiento interno. El CICR fue uno de los intermediarios en el proceso de
paz, permanente operador logístico de las liberaciones. La atención a la
población civil en asunto de seguridad económica y salud continúan siendo hoy
puntos de acción en zonas de post-conflicto[6].
Claramente, pueda que esta posición no sea generalizada y es más una
reflexión sobre cómo cada vez el número de organizaciones humanitarias aumentan
y cumplen funciones que serían objetables a los Estados a través de sus
ministerios. Vale la pena preguntarse hasta dónde deben los Estados permitir
que estas organizaciones actúen como Estados y los Estados como organismos
humanitarios.
Blibiografia:
1-
Marisa
Revila Blanco, Maite Serrano, Sergio I Carmona. 2002. Las ONGs y la Politica.
Detalles de una relación. Madrid. Ediciones Istmo
[3] .Para
entenderlo, haremos referencia especialmente al Comité Internacional de la Cruz
Roja (CICR) como uno de los principales agentes en este campo de la Asistencia
Humanitaria y las Cruz Rojas Nacionales (CRN)
[4] Acceso Mas
Seguro para salvar vidas. Informe publicado en cooperación por las Sociedades
Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Carpeta de Recursos
Prácticos. Mayo de 2010. https://saferaccess.icrc.org
[5] Entiéndase esto al permiso que el Estado
otorga a una organización que goza de buena reputación para realizar Asistencia
en casi todos los frentes y no tener que hacerlo el.