Por: Maura Alejandra Sierra
Robles
Voluntaria Fundación Vive
Bailando y Soñando
Estudiante de décimo
semestre
Programa Gobierno y Relaciones internacionales con énfasis en Estudios Políticos Internacionales
Facultad de Finanzas,
Gobierno y Relaciones Internacionales
Universidad Externado de
Colombia
Muchas
veces creemos que ser voluntario supone siempre tener que irse unas semanas a
las comunidades alejadas y más necesitadas para brindarles ayuda. Sin embargo,
no sabemos que las labores de un voluntario son tan significativas que
cualquier pequeña tarea que podamos realizar, ya sea desde nuestra caso u
oficina, va a ser de gran ayuda para esta comunidad.
Este fue mi caso, durante los últimos 4 meses hice parte del programa de
voluntariado profesional que ofrece la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales, de la Universidad Externado de Colombia. Yo lo hice en la Fundación Vive Bailando.
Mi
contribución a esta gran iniciativa se enfocó, principalmente, en el área
administrativa y financiera de los proyectos. Allí realicé labores como revisión
de los presupuestos de los proyectos que estaban en proceso, organización de la
información financiera de la fundación, realización de cruces bancarios y apoyo
en el área de archivo. El acompañamiento dado por todos los profesionales que me apoyaron me dio un gran aprendizaje y me dejó una muy buena experiencia, pues además, pude aplicar todos los conocimientos adquiridos en mi carrera. Especialmente los relacionados con el área de contabilidad.
De acuerdo con lo que realicé en el voluntariado, me pude dar cuenta que todo es un conjunto de partes que tienen que funcionar para que las metas de la fundación se cumplan. Así pues, el área financiera juega un papel muy importante a la hora de hacer funcionar cada uno de los proyectos. Además de financiarlos, también es el área encargada de buscar esos aliados estratégicos para que el proyecto sea un total éxito.
La
fundación ViveBailando trabaja con niños y adolescentes en situaciones de vulnerabilidad en
diferentes áreas geográficas del país, a partir varios pilares temáticos que
abordan características como: el liderazgo, principios y valores, cuidado del
cuerpo, entre otros. Lo anterior, con el objetivo de fortalecer dichas
capacidades para que ellos puedan asumir una vida responsable. Allí la danza es utilizada como una herramienta que permite un acercamiento directo
a la realidad social por medio de la cual se llega a esta población, formando
más que bailarines: personas.
Tuve la oportunidad de charlar con algunos de los formadores artísticos y los formadores de desarrollo humano de los proyectos que allí se manejan, y las experiencias que han tenido a la hora de trabajar con estas comunidades son de total alegría. Varios cuentan que, el acercamiento con estos niños y jóvenes los llenan de amor al ver como sus pequeñas enseñanzas significan un montón de oportunidades para ellos. Demuestran una vez más que: una limitada labor, realmente puede hacer la diferencia.
En la foto se evidencia uno de los proyectos realizados en la ciudad de Cali, en la comunas 21. Allí, a través del baile, promovieron una cultura de paz con más de 200 niños y jóvenes de la comunidad.
A
través de la iniciativa liderada por la Fundación ViveBailando y Soñando
aprendí una de las mejores lecciones: La danza es la
compañera que da libertad. A través de observar las diferentes experiencias
en el campo de acción de esta fundación y de poder vivenciar este compromiso
social entendí que bailar permite concentrar toda
nuestra energía en una sola cosa. Eso nos hace sentir muy libres, es
comunicarse a través del cuerpo. Básicamente, a nivel psicológico es como
meditar, pues se comprueba que trae paz felicidad.
