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domingo, 8 de septiembre de 2013

Parlamento Europeo y la interacción de las OSC


En esta ocasión se retoma una publicación del blog de OXFAM (Cuatro sencillas verdades sobre biocombustibles) por ser pertinente para la discusión que se viene dando en clase (ampliar en http://blogs.oxfam.org/es/blogs/13-09-06-cuatro-sencillas-verdades-sobre-los-biocombustibles)


Por favor relacionar con la clase de lobby, advocacy y por su puesto democracia. Y no olviden que en Colombia  se le está apuntando a los biocombustibles tanto con la palma como con la remolacha.

Qué es más importante: la comida o el combustible? Pregúntaselo a tu eurodiputado 

La próxima semana el Parlamento Europeo votará la reforma de la legislación europea sobre biocombustibles. Con un simple voto contestarán a una sencilla pregunta: ¿Qué es más importante: la comida o el combustible?

Conducir o comer

¿Qué es más importante? La respuesta a esta pregunta debería ser clara. Pero no lo es para la industria de los biocombustibles o los lobbies agrícolas que han tratado sin descanso de controlar el proceso de toma de decisiones en Europa en beneficio de sus propios intereses.
Mock Economist magazine cover
Así que aquí tienes unas cuantas verdades que le puedes contar a tu miembro del Parlamento Europeo para garantizar que él o ella anteponga la comida en la votación de la próxima semana. Oxfam también tratará de llamar su atención reuniéndose con legisladores clave en Bruselas, colocando esta portada falsa de una conocida revista (derecha) en las puertas de sus oficinas y organizando actos con los medios de comunicación junto a otras organizaciones aliadas como ActionAid,Friends of the Earth EuropeGreenpeace y muchas más.
Durante las próximas semanas transmitiremos estos mismos mensajes a los Gobiernos europeos que también juegan un importante papel a la hora de decidir el futuro de lalegislación europea sobre biocombustibles.

Cuatro sencillas verdades sobre los biocombustibles

1. Los biocombustibles fomentan el hambre.
Los biocombustibles generan hambre en los países pobres para que, mientras, las personas de los países ricos llenen los depósitos de sus coches. A medida que la demanda de alimentos para combustible de los países ricos aumenta, sus precios se disparan y millones de personas padecen hambre.
2. Los biocombustibles requieren mucha tierra.
Esta demanda ha provocado una compra masiva de tierras en todo el mundo que, a su vez, ha obligado a pequeñas familias agricultoras a abandonar sus tierras como consecuencia de injustosacaparamientos de tierras y destruido medios de vida, además de hacer peligrar los limitados recursos hídricos del planeta.
3. La mayor parte de los biocombustibles no son ecológicos.
Las plantaciones de monocultivos para biocombustibles contaminan el agua, la tierra y la vida salvaje, siendo una amenaza para nuestros valiosos bosques y la vida que albergan. La mayoría de los biocombustibles ni siquiera contribuye a combatir el cambio climático porque producen más gases de efecto invernadero que los combustibles fósiles.
4. ¡Hazte oír!
El 11 de septiembre, tu miembro del Parlamento Europeo decide qué es más importante: la comida o el combustible. Firma o publica en las redes sociales alguna de estas peticiones:

Italia / Irlanda / Alemania

Descartar el objetivo europeo para biocombustibles

En un mundo en el casi 900 millones de personas se acuestan con hambre, el apoyo a los biocombustibles que fomentan el acaparamiento de tierras y el alza de los precios de los alimentos debería desaparecer. Esto significa que el actual objetivo europeo de lograr que el 10% de la energía para el transporte provenga de fuentes renovables para el 2020 (siendo los biocombustibles la principal fuente) debe ser descartado.
Un primer paso es votar a favor de la propuesta presentada por la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo de limitar el porcentaje de biocombustibles que compiten por la tierra y el agua con los cultivos destinados a la alimentación a un 5,5%. 
Votar a favor de un porcentaje mayor no significaría otra cosa que anteponer el combustible a los alimentos y los coches a las personas.
Preguntémonos: ¿Qué es más importante?