Por
Erli Margarita Marín
Paz,
equidad y educación conforman el círculo virtuoso de “Todos por un nuevo país”, el Plan Nacional de Desarrollo
para el periodo 2014- 2018, que nos plantea el reelecto presidente del país: Juan
Manuel Santos. La entidad encargada de desarrollar las orientaciones de planeación, prometidas en
campaña, luego impartidas por el Presidente y coordinar la formulación con los ministerios, departamentos
administrativos y entidades territoriales es el Departamento
Nacional de Planeación.
En desarrollo de lo establecido en el
artículo 3 de la Ley 152 de 1994, “las autoridades de planeación velarán porque
se hagan efectivos los procedimientos de
participación previstos en la ley”. El procedimiento es: las Bases del Plan son
aprobadas en el Consejo Nacional de Política Económica y Social y luego
presentadas al Consejo Nacional de Planeación (se convoca en desarrollo del
artículo 9 de la Ley 152 de 1994, luego de la elección presidencial). Los municipios, los distritos, los
departamentos, los sectores económicos, el sector social, el educativo, el cultural
y el académico o universitario, el ecológico o ambiental, el comunitario, los
indígenas, las minorías étnicas, las mujeres, las ONG, todos tienen asiento en
el Consejo Nacional de Planeación (CNP).
Una vez analizadas las Bases, el CNP da su concepto, el DNP debe hacer
los ajustes o enmiendas pertinentes para
que el Ministerio de Hacienda y Crédito Público lo presente a consideración del
Congreso de la República. Allí se discute
desde el pasado 7 de febrero y el 7 de mayo sabremos si fue aprobado, y
si se realizaron ajustes para pasarlo a sanción presidencial. Más adelante,
el DNP coordinará la ejecución, el seguimiento y la evaluación de
gestión y resultados del Plan. Estamos en marzo así que aún está en discusión
en el Congreso.
En “Todos por un nuevo país”, se plantean cinco
estrategias transversales, a saber: 1. Infraestructura y competitividad
estratégicas 2. Movilidad social 3. Transformación del campo y crecimiento
verde 4. Consolidación del Estado Social de Derecho 5. Buen gobierno. Además
hay una estructura territorial y se explicitan las estrategias nacionales en
lineamientos y cursos de acción para cada una de las regiones, así:
· Caribe: Próspero y sin
pobreza Extrema,
· Pacífico: Equidad,
integración y aprovechamiento sostenible de mercados,
· Centro-Oriente:
Conectividad para la integración,
· Centro-Sur: Desarrollo
del campo y conservación ambiental,
· Llanos: Medio ambiente,
agroindustria y desarrollo humano,
· Eje Cafetero: Talento
humano innovador en territorios incluyentes.
Bien,
como dice en las bases: Ha llegado la hora de que trabajemos “todos por un
nuevo país”.
Quizá
por eso, desde octubre del año pasado se vienen adelantando unos “diálogos”
regionales para la construcción del Plan Nacional de Desarrollo. El equipo del
DNP ha estado en diferentes ciudades del país. Eso es lo que se llama la socialización del
Plan, pero que algunos consideran es la participación en el proceso de
formulación del plan nacional de desarrollo. Estos son dos términos diferentes,
pero la confusión se hace sentir reiteradamente y las organizaciones de la
sociedad civil a pesar de que realizan
documentos y circulan informaciones y peticiones, sienten que no se les escucha.
El proceso
de construcción del plan 2014-2018 arrancó el 15 de junio del año pasado (2014)
y tendrá sanción presidencial el próximo
7 de mayo (2015). Básicamente son 3
momentos en los cuales se debe abrir espacio para que las organizaciones de la
sociedad civil tengan posibilidades de participar en ese proceso: cuando se
construyen las bases, en el Consejo Nacional de Planeación (mecanismo
propiamente de intervención de las OSC, por su carácter consultivo). No debe
olvidarse que el CNP es el foro natural de discusión del Plan Nacional de
Desarrollo, por eso debe emitir un concepto y luego debe realizar seguimiento y
evaluación periódica sobre su ejecución. Más tarde, cuando llega al Congreso de la
República, debe haber debate, y se cuenta con el mecanismo de Audiencias
Públicas, pero muchas ONG se quejan de lo limitadas que son y de la poca
discusión que allí se tiene.
Uno
de los economistas grandes de este país, el doctor, Jorge Iván González, en
diciembre pasado ya escribía que “en las 793 páginas del documento se dejan
entrever inconsistencias o vacíos que ojalá se resuelvan o se arreglen durante
las “consultas” con la ciudadanía”. Con la limitada discusión, esto es
poco probable.
¿Qué tanto han logrado, las organizaciones de la sociedad civil,
hacer oír sus voces para que se acojan
sus recomendaciones y para decir que, realmente, estamos “todos por un nuevo
país”?