Por: Ioana-Alexandra Ruso
Estudiante de Intercambio FIGRI en el Programa de Voluntariado
Un lugar aparte en el corazón de
la colectividad de Casa B; esta es la ganancia más importante que siento que
alcancé al final de cuatro meses de hacer parte del Programa de Voluntariado FIGRI en la asociación.
Más allá de
implicarse en las actividades diarias del Boletín El Periférico, de la Mediateca y del Futuroscopio, más allá de
contribuir con mi mejor esfuerzo al desarrollo de estas actividades, más allá
de simplemente hacer un voluntariado en una de las numerosas asociaciones
vinculadas con el Programa de Voluntariado Profesional de la Universidad Externado de Colombia, para
mí, descubrir Casa B fue una de las mejores experiencias que he vivido en Bogotá, Colombia.
Lo que más marcó mi experiencia en
la asociación es la manera en la que Casa B logra profundizar el sentimiento de
pertenencia de las personas a una comunidad, lo que se traduce en una mayor
implicación y deseo de combatir los estereotipos sobre el barrio, para alcanzar
que los otros tengan la imagen de una comunidad unida, capaz de enfrentar los
problemas de su desarrollo integral, un ejemplo para la ciudad entera. Además,
el espacio de apertura que crea Casa B, a través de sus actividades, es un espacio
de libre expresión de los niños del barrio, a través de los artes, representa
para mí un laboratorio que incuba las ideas de los habitantes para darles vida,
un hilo con el cual se tejen los sueños de los adolescentes. Y tejer estos
sueños no es solamente traducir en la realidad sus proyectos, sino que se trata
de mejorar el barrio por intermedio de la visión que ellos mismos tienen para
su futuro.
En la ludoteca, los jóvenes de Casa B se divierten y aprenden
Descubrir Belén, sus calles, los
ancianos que charlan a cada esquina, los negocios de familia, a través de mi
implicación en Casa B, fue -en últimas- un proceso de enamoramiento del barrio y
de su comunidad; porque yo creo que, en la base de la filosofía de la
asociación, al lado de su pilar fundamental de la enseñanza alternativa, es el
amor que acompaña cada una de sus actividades, que hace que cada participante
deje una pequeña huella en la historia de Casa B.