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viernes, 2 de junio de 2017

Laudes Infantis me dio la oportunidad de aprender y enseñar

Por : Carmen Nicolas
Estudiante en Intercambio FIGRI
Programa de Voluntariado Profesional


Realicé mi voluntariado de mitad de tiempo en la Asociación Laudes Infantis. Es una organización sin ánimo de lucro que lucha contra el aislamiento y las desigualdades en las comunidades del sur de Bogotá. Fue creada, en el año 1999, por tres mujeres y resulta de una larga historia.
Después de haber trabajado con respeto al tema de los niños viviendo y trabajando en las calles, decidieron actuar directamente en diferentes comunidades modestas de la ciudad. Con la voluntad que la gente se apropie su propio territorio, crearon Laudes Infantis. Ahora, está presente en tres áreas distintas : en el barrio Bella Flor y Brisas del Volador (localidad de Ciudad Bolívar), y en el barrio Arrayanes que queda en la localidad de Usme.
El principio inicial de la organización es el trueque : “tú me das, yo te doy”. Esta filosofía se basa su acción. El objetivo de la organización es que se creen comunidades independientes, donde la gente intercambia servicios y da de su tiempo para la colectividad. Su símbolo es la salamandra. Aunque pierda un miembro, siempre se puede regenerar. Esta metáfora muestra que la comunidad no se basa en una única persona, que nadie es irremplazable para que siga organizándose el proceso. Eso me parece sumamente interesante porque no crea dependencia, mientras que muchas otras acciones asociativas lo hacen y tienen acciones más asistencialistas. Este proyecto se basa en la confianza de los con los otros, permite a la gente ser actriz de su comunidad y de su vida ; por eso, uno de los eslóganes de Laudes Infantis es “ser emprendedores de futuro”.
El propósito supremo de la organización es dar más oportunidades a las personas de las zonas desfavorecidas de Bogotá, a través de la educación (por ejemplo, hay refuerzo escolar para los niños cada tarde y  los adultos pueden seguir clases para presentar su bachillerato), de la organización de eventos y del compromiso asociativo. Con esas actividades, las personas tienen poco a poco más responsabilidades y se dan cuenta que sí, son capaces de encargarse de muchas cosas y que son un pilar para los demás.



Por mi parte, tuve un rol muy interesante. Subí varias veces a las comunidades. Siempre fui muy bien acogida y me sentí como parte de una grande familia. Debía dictar talleres a los líderes comunitarios con respeto a las temáticas del género. Efectivamente, Laudes Infantis está organizando una campaña de información y sensibilización a propósito de la igualdad de género. Eso implica nociones complejas y puede llevar muchas confusiones en la mente de la gente.


Mi objetivo era, entonces, aclarar los conceptos como: género, sexo, machismo, feminismo, orientación sexual, identidad de género, diversidad de género. Debatimos todos esos temas. Lo que quería era que, poco a poco, tuvieran más conocimientos y las opiniones que podían emitir estuvieran argumentadas. Fue una misión muy enriquecedora para mí, me permitió entender otro aspecto de la sociedad colombiana y aprendí a adoptar una postura respetuosa y lo más neutra posible frente a los puntos de vista diversos de lo mío. De hecho, ya había participado a muchos eventos de debate y construcción participativa de ideas, pero era la primera vez que me encontraba confrontada a creencias religiosas muy fuertes.
De hecho, con el tema de la comunidad LGBT, los argumentos católicos eran radicales y estuvo complicado para mí saber cómo discutir sus opiniones, sin estar ofendida con su fe. Lo que quería enseñarles, más que definiciones académicas, era que como lideres comunitarios era importante que adoptaran comportamientos respetuosos y tolerantes con todos, que sean heterosexuales o de otra orientación sexual, que ayudasen la lucha contra todo tipo de discriminación. Además, ayudé en otras actividades de la organización, como ayudar en las tareas de los niños o apoyar unos aspectos logísticos.



Este voluntariado me ha aportado muchísimo, estimo mucho a la gente de la asociación y su fuerza me inspira. Estoy muy feliz de haber encontrado al proyecto de Laudes Infantis, que me parece muy justo e íntegro. Me siento satisfecha porque creo que tejí relaciones de confianza en las comunidades y que las personas aprendieron un poco conmigo. Sin embargo, a veces estuve decepcionada por mis reacciones y mi gestión de las situaciones. Dictar talleres conectados con asuntos tan polémicos fue un proceso de aprendizaje fuerte. Estoy muy agradecida de haber podido descubrir este mundo lleno de iniciativas tan interesantes que solo pude lograr gracias a la oportunidad que me brinda la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales, que cuenta con el Programa de Voluntariado Profesional que coordina la profesora Margarita Marín. 

miércoles, 31 de mayo de 2017

Mi trabajo social satisfactorio en la Cruz Roja

Por: Laura Daniela Mantilla Ramírez
Estudiante de VIII Semestre 
Programa Gobierno y Relaciones Internacionales
Programa de Voluntariado FIGRI
Voluntaria de apoyo – Cruz Roja Juventud


Al leer la convocatoria para voluntarios de apoyo que ofrecía la organización Cruz Roja Juventud, decidí participar en el proceso de selección abierto para los estudiantes de la Facultad de Gobierno y Relaciones Internacionales. Esto, dado que me encontré particularmente interesada pues tenía intenciones de profundizar mis conocimientos en un campo tan humano y necesario como lo es, el promover el cuidado de la salud, la protección de los derechos humanos, la sensibilización con el medio ambiente y la comprensión de los deberes de la solidaridad humana.
Después de ser elegida y hacer parte de la organización por cinco meses, realizar este voluntariado fue un complemento ideal a mis conocimientos aprendidos y experiencia, que aporto un gran valor a mi carrera profesional y formación personal. Durante este tiempo, me desempeñé como voluntaria en la línea de acción, zona vida, donde se promueve en los niños, niñas y jóvenes el aprendizaje en temas de salud sexual y reproductiva, estilos de vida saludable y salud pública. Allí, desarrolle actividades tales como apoyo en la formulación de proyectos de impacto comunitario, apoyo en la evaluación de la zona de acción humanitaria y ayuda en las actividades de impacto en la línea de acción seleccionada.

Esto fue y en palabras más concretas, la creación del Plan Operativo Anual de las actividades que plantea llevar a cabo la zona como: capacitaciones en primeros auxilios, talleres de formación en salud sexual y reproductiva, capacitación en clown (payaso) para voluntarios base, entre otras acciones. En cuanto a la evaluación de las actividades desarrolladas en zona vida, varias compañeras y yo hicimos seguimiento de  las mismas y emitimos un informe documentando las fortalezas y debilidades que se tienen en las tareas, la dirección y el manejo de la línea; por último, participe y colabore de actividades emprendidas por la zona tales como reuniones con líderes de la comunidad LGBTI, capacitación del unicornio de la sexualidad, campamento de capacitación en todos las áreas, organización de ayuda humanitaria para Mocoa, y más.




Fuente: Recolección de ayuda humanitaria para Mocoa, en la sede principal de la Cruz Roja, en Bogotá.

Esta experiencia fortaleció mis capacidades de trabajo en equipo, liderazgo, disposición a hacer cosas distintas y fuera del área de confort. Así mismo, pude demostrar como voluntaria la creatividad, energía y disciplina con la que me desempeño día a día, dado que la organización permite que todos sus colaboradores y trabajadores muestren su esencia y exploten sus capacidades.



martes, 30 de mayo de 2017

Un granito de arena

Por: Laura Camila Salazar Moreno
VIII Semestre Gerencia Pública
Gobierno y Relaciones Internacionales
Programa de Voluntariado FIGRI
Cuando se hace parte la Cruz Roja Juventud, se da a elegir a los voluntarios entre diferentes zonas con el fin de que realicen su voluntariado dependiendo sus gustos e intereses. Las zonas que posee la Cruz roja son: Zona Paz, Zona Verde, Zona Vida y Desafío Escolar.  En mi caso, realicé el voluntariado durante los primeros meses en Zona Vida, y el último mes en Zona verde.


Fuente: Escuela de formación de zonas de la CVruz Roja, Tabio, Cundinamarca
En el tiempo que me desempeñé como voluntaria de apoyo en Zona Vida, tuve la oportunidad de trabajar con comunidades LGTBI de bajos recursos, realizando actividades informativas sobre estilos de vida saludable, salud sexual y reproductiva. Así mismo, en el corto tiempo que pertenecí a Zona Verde, se realizaron capacitaciones sobre ecología en el Jardín Botánico y caminatas ecológicas en diferentes puntos de la ciudad.
Durante el mes de marzo, asistí al campamento para la formación de zonas de la Cruz Roja Juventud durante tres días. Fue una experiencia en la que, además de divertirme y conocer personas de toda Colombia, pude conocer a fondo como se capacitan los voluntarios, así como las cualidades y capacidades que son necesarias para desarrollar su trabajo.


Fuente: Ayuda humanitaria para Mocoa, Sede Cruz Roja Bogotá

Las actividades anteriormente nombradas fueron enriquecedoras. Sin embargo, mi experiencia favorita en el voluntariado, junto con el campamento, fue tener la oportunidad de proveer ayuda humanitaria ante la tragedia de Mocoa. Aunque presté apoyo desde las instalaciones de la Cruz Roja en Bogotá, fue el momento en el que sentí que mis acciones, junto con las de todos los voluntarios durante esas semanas, estaban teniendo un impacto real en la vida de otras personas que necesitaban ayuda en ese momento.

De mi voluntariado quedan buenas experiencias, grandes amistades y la certeza de que invertí mi tiempo en una buena causa, por esto, y por todo lo mencionado anteriormente, recomiendo a todos los interesados que tal vez tengan dudas para hacerlo, que lo hagan, así como para los que no han contemplado realizar el voluntariado dentro de sus opciones, porque una acción buena muchas veces no cambia nada, pero la unión de diferentes acciones puede cambiar el mundo.

domingo, 28 de mayo de 2017

Con Corporación Nuevo Arco Iris descubrí este país


Por: Alice Brogat
Estudiante de Intercambio en el Programa de voluntariado FIGRI

Este semestre, durante cuatros meses, participé al Programa de Voluntariado FIGRI de medio tiempo, oportunidad que ofrece la Universidad Externado de Colombia. Mis objetivos para este año de intercambio estudiantil en Colombia eran de descubrir este país, su historia y su funcionamiento político para poder entender toda la complejidad de su actualidad. También quería conocer un aspecto de la realidad diferente de la del mundo universitario y académico, y por eso las organizaciones de la sociedad civil me apareció como una gran oportunidad. Después de haber participado en un voluntariado profesional,  en el primer semestre de 2017, era importante para mí dedicarme a un trabajo más intelectual, tomando el tiempo para construir una reflexión más profunda y realizar tareas de medio plazo. Gracias al Programa de Voluntariado Profesional del Externado, descubrí una asociación que respondía perfectamente a mis objetivos: la Corporación Nuevo Arco Iris.

La Corporación Nuevo Arco Iris (CNAI), ubicada en el barrio de Teusaquillo en Bogotá (carrera 16#39-75), se define como un “centro de pensamiento, investigación, y acción social para la reconciliación”. Fue establecida por los desmovilizados de la Corriente de Renovación Socialista (CRS) a partir de 1993, durante los diálogos de paz de esta sección disidente del ELN con el gobierno de César Gaviria. Los objetivos de la Corporación Nuevo Arco Iris son de “contribuir a la profundización de la democracia, y a la construcción de alternativas de equidad social y desarrollo, mediante el fortalecimiento del Estado social de derecho y la sociedad civil”. Busca jugar un papel de agente de paz y desarrollo, y actuar en favor de la superación del conflicto armado mediante el “fortalecimiento de proyectos socio-políticos democráticos y de agendas alternativas de desarrollo nacional y territorial incluyentes”. Por eso, la Corporación impulsa iniciativas y promueve acciones en relación con la superación del conflicto armado, en pro de la paz, el post-conflicto, la seguridad y la convivencia ciudadana.

Como voluntaria, participé en el Observatorio del Conflicto Armado y el Post-Conflicto (OCAP), que hace “el seguimiento al conflicto armado y a las acciones que propugnan por superarlo”. Sobre todo, da cuenta de los fenómenos de violencia en el país, de los procesos de resistencia y de las iniciativas de paz por parte de los ciudadanos. Cabe aclarar que mi participación en las actividades de la Corporación Nuevo Arco Iris se inscribió en el contexto del postconflicto, después de la firmada de los Acuerdos de La Habana entre las FARC y el gobierno de Juan Manuel Santos, ratificados el 01 de noviembre de 2016.

Mis actividades como voluntaria para la Corporación fueron de investigar sobre dos grandes campos: las evoluciones y reformas de la vida política y sus retos para la paz, y la realidad del postconflicto y de la violencia en las zonas de grandes tensiones. Participé al “Proyecto Noruega elecciones 2018”, con el fin de analizar las evoluciones de la vida política en la perspectiva de las elecciones presidenciales de 2018 en Colombia. Sin embargo, los informes realizados por la Corporación Nuevo Arco Iris son confidenciales hasta su publicación.

Como estudiante de ciencia política, fue aún más interesante poner mis conocimientos académicos al servicio de un estudio práctico. Además, me di cuenta de las divergencias que pueden existir entre las grandes teorías y la realidad de un contexto político en un país específico. A veces, el estudio de un caso particular permite aún invalidar una teoría general.

Así, este Programa de Voluntariado Profesional de FIGRI me permitió cumplir con mi objetivo de conocer en profundidad la historia política de Colombia y el funcionamiento de sus instituciones, tanto como de entender los desafíos que el país deberá enfrentar para hacer de la paz una realidad para todos.