“Mañana,
Irán podría ejecutar a Sakineh Ashtiani… tenemos 24 horas para salvar su vida”
(02 de noviembre de 2010). De esta forma comienza el primero de una serie de
emails en los que la organización Avaaz busca movilizar a sus miembros para
hacer un llamado conjunto que evitase la muerte de esta mujer acusada de
adulterio injustamente. La masiva respuesta pública y la participación de
organizaciones como Amnistía Internacional y ONGI, llevaron al gobierno Iraní a
suspender la ejecución. La rapidez con que fluyó la información y la velocidad
con que se obtuvo una respuesta (900.000 firmas en una semana), pone de relieve
el papel de la revolución tecnológica en el desarrollo de las redes
transnacionales.
En realidad, las
redes transnacionales de defensa pueden ser vistas como el flujo de
recursos, información, conocimiento,
influencia, legitimidad… a partir de una “infraestructura global” (Katz y
Anheier, 2006, 240). De acuerdo con Castells, desde los años setenta ha surgido
un nuevo espacio en el que gracias a la constante evolución de las tecnologías
de la información e Internet, la sociedad ha encontrado nuevos espacios para
expresarse.
Este espacio implica la desaparición (o por lo menos el
debilitamiento) de las fronteras de los estados, por cuanto ahora una persona
en casi cualquier parte del mundo es consciente que su horizonte de actuación
política no se restringe a un territorio (Teijo, 2002, 172). Situaciones
problemáticas en los lugares más remotos del mundo pueden ser conocidas de
forma casi instantánea dada la rapidez con la que fluye la información por los
medios digitales.
El aumento de la participación ciudadana,
especialmente a través de las ONG en el plano internacional, lleva a Carlos
Teijo ha preguntarse: “¿qué ha cambiado en el medio internacional para que los
individuos puedan acceder con relativa facilidad a un medio social que siempre
se ha considerado reservado a los Estados?” (2002, 177). En principio dos
cosas: el reconocimiento de los otros actores (de los actores no estatales)
como los que componen a la sociedad civil global que interactúan en la arena
internacional. Además, y es lo segundo, la revolución tecnológica, que permite
agilidad en las respuestas que exige la
agenda global. Ello porque la sociedad civil logra organizarse sin
limitaciones territoriales y ser más solidaria en los temas que tocan sus
valores y principios. Por ello, y para aunar esfuerzo plantea nuevas formas de
movilización entre los ciudadanos de a pie. Dicha revolución ha tenido grandes
efectos positivos en la formación de redes, puesto que permiten la destrucción
de jerarquías y la dramática reducción de costos de comunicación (Matthews,
1997, 51-52), por lo cual los flujos de información y cooperación han aumentado
de forma sostenida en los últimos años. No obstante, siguen existiendo
limitaciones como puede ser el poseer acceso a la tecnología o simplemente la
barrera del lenguaje pues aun cuando hay muchas redes que traducen en seis y
ocho idiomas, están son pocas. La mayoría tienen los textos solo en una o dos
lenguas.
Un ejemplo del efecto de la revolución tecnológica con
respecto la construcción de redes es la organización Avaaz (http://www.avaaz.org/es/about.php). Con
alrededor de 13,5 millones de miembros en 193 países del mundo, Avaaz es la
representación clara del uso de la
tecnología de forma ágil y flexible, puesto que la observan como medio para
promover la movilización social. Si bien existen diferentes tipos de
herramientas a nivel tecnológico, Avaaz se centra en el uso de recursos como el
email, Facebook y Twitter para poner sobre la mesa temáticas de toda índole con
un factor común: su carácter de urgencia y relevancia dentro de una sociedad
civil global.
El ciberactivismo o clickactivismo, es observado como
una nueva forma de movilización. Como se puede observar en el caso Murdoch (http://www.guardian.co.uk/world/2011/jul/20/avaaz-activism-slactivism-clicktivism), Avaaz ha
logrado construir una red en la que colaboradores en diferentes países del
mundo hacen aportes para definir de forma concertada los mecanismos de
movilización para enfrentar temas tan variados como la homofobia en Uganda o
los escándalos mediáticos en Reino Unido. La información y el conocimiento
fluyen rápidamente y a bajo costo mediante herramientas como Skype.
Si bien el clickactivismo puede ser observado como una
forma de legitimar la movilización a partir del amplio apoyo que reciben sus
iniciativas (soportados en las firmas que se recolectan para cada causa de
forma individual), este es ampliamente criticado por el bajo compromiso
posterior que se debe asumir luego de dar un clic de apoyo.
Avaaz se defiende resaltando numerosas situaciones en
las que se ha organizado masivos boicots (o amenazado con) que han terminado en
respuestas positivas por parte del Estado o la empresa presionada con respecto
a las demandas planteadas. En tan sólo 4 días, respaldados por 317.000 de sus
miembros, la organización logró que la cadena Hilton se comprometiera a luchar
contra el turismo sexual, a través de la firma de un Código de Conducta en
contra del tráfico sexual. Igualmente, Avaaz resalta el compromiso de sus
miembros a través de las donaciones que estos realizan, puesto que son la única
fuente de recursos que acepta. Otras organizaciones aprovechan los desarrollos
tecnológicos y las facilidades de la banca en línea para movilizar recursos on line.
Si se precisa la pregunta ¿Cuál es el papel de la revolución tecnológica en el desarrollo de las
redes transnacionales de defensa? Basta mirar que hoy organizaciones de la sociedad
civil y movimientos sociales cuentan con herramientas que les permiten
organizarse en red para implementar estrategias de movilización social para
apoyar temáticas que son glocales. La evolución de las Tecnologías de la
Información y las Comunicaciones (TICs) sin duda son una herramienta-soporte
para las redes transnacionales, dado su carácter instantáneo y su capacidad
para llegar de forma masiva a miles de personas, muchas de las cuales no
podrían acercarse a estas temáticas por estar en pequeñas ciudades o estar
apartadas de los grandes centros urbanos donde suelen suceder los hechos que
cobran relevancia en los medios masivos.
Hoy la información circula más allá de la radio, la
televisión y la prensa. Keck y Sikkink hacen referencia al intercambio de
información como parte fundamental de las red transnacionales de defensa Ellas
crean “nuevos temas y categorías… para persuadir, presionar e influir en
organizaciones intergubernamentales y gobiernos mucho más poderosos” (1999, 89).
El reto es cómo logran que fluya, pero sus aliadas son las TICs por la velocidad
para la de difusión de dicha información y los costos (bastante más bajos). Así
las redes transnacionales logran mayor influencia y cambios en todas las partes
negociadoras.
Camilo
Acosta