Por Vincent Nagot
Democracia y sociedad civil son dos palabras que hoy hacen parte del léxico común pero cuyo el
sentido es más difícil de entender. La razón es que han evolucionado con el
tiempo. Así, el liberal inglés Locke
definía la sociedad civil haciendo parte del doble contrato que tiene la
sociedad para formarse y unirse contra un estado despótico. Hoy, la sociedad
civil se sitúa entre el estado y el mercado, en un tercer espacio que reúne un
conjunto heterogéneo de actores sociales que actúan en el espacio público para
el bien común. Gellner la define como “un set de diversas organizaciones no
gubernamentales lo suficientemente fuerte como para contrarrestar al estado y
que, sin impedirle al estado que cumpla su rol de garantizar la paz y arbitrar
entre los principales intereses, pueda, de todas maneras, impedirle dominar y
atomizar el resto de la sociedad” (Gellner 1994).
Esta sociedad civil es
institucionalizada gracias a leyes, derechos, normas y actores de varios tipos.
La democracia se puede definir como un régimen político que requiere elecciones
y la existencia de alternativas creíbles al poder y garantías a la libre
opinión, expresión y asociación.
Hoy la democracia debe hacer
frente a una serie de desafíos para mantenerse como un tipo de régimen viable
aunque se eleva más y más críticas al sistema. Los gobiernos son afectados por
unas crisis de legitimidad, de eficiente y crece una falta de confianza en la
política. También aparece una aspiración
de los ciudadanos para participar en la vida política de otra manera. No solo
con abstención.
¿Qué relación tienen la democracia y la sociedad civil? ¿Cómo la sociedad
civil puede ser una necesidad por la adaptación de la democracia?
Primero vamos a ver la relación de interdependencia que tienen la
democracia y la sociedad civil antes de ver por qué y cómo se puede hacer le
evolución de la democracia?
I-
La sociedad civil ha estado imaginada como una manera
de protegerse de los abusos del Estado, el mismo hecho para proteger los
individuos de sus similares en un estado de “guerra de todo contra todo”
(Hobbes). La diversidad de los intereses representados en la sociedad civil
permite defender una pluralidad de opinión exprimidos gracias a medios de comunicación
y acciones. Eso permite la organización de minoridades para evitar que sean
oprimidas por la mayoridad. Así la sociedad civil ofrece una pluralidad
necesaria a la democracia y desarrolla en el mismo tiempo una oposición
pacífica a las políticas públicas y al poder establecido. Las organizaciones de
la sociedad civil pueden controlar el poder y denunciar prácticas que amenazan la democracia como por
ejemplo la corrupción o las violaciones de derechos humanos.
Al mismo tiempo, la democracia es una necesidad para
la armonía de la sociedad civil. La democracia permite garantizar derechos de
las organizaciones de la sociedad civil. Un régimen autoritario puede
establecer muchas dificultades para impedir el desarrollo de la sociedad civil
y de sus organizaciones. Marieclaire Acosta Urquidi pone en evidencia muchas de
esos obstáculos que superan la represión. Primero por impedimentos jurídicos
que pueden ser en la formación y el registro de las organizaciones, en
limitaciones en el derecho de reunirse, en restricciones al acceso a las
tecnologías de la información y de comunicación o de restricciones a recursos.
Segundo por una falta de protección a las personas de estas organización con
una incapacitad a protegerle contra la violencia y una impunidad de los
ataques. Finalmente Urquidi habla de “Los
ataques a la libertad de expresión y de incidencia por medio de la limitación o
censura, la aplicación arbitraria de leyes sobre difamación, la aplicación de
penas desmedidas a los disidentes […]” Así una democracia desarrollada con
un estado de derecho es una necesidad por el buen funcionamiento de la sociedad
civil y recíprocamente.
II-
Hoy en día el sistema democrático debe enfrentar muchos
cuestionamientos sobre sus debilidades. Elecciones
libres representan la democracia. Pero no son suficientes y a pesar de que son
representativas no dan el derecho a los elegidos de hacer todo lo que quieren,
además que sus legitimidad es afectada por la abstención. El problema principal
que tienen actualmente las elecciones es que transformaron la política en un
marketing político donde los políticos se vendan con discursos los más comunes.
Como le explica Michel Venne, el poder se traduce en voto lo que hace que cada
política debe ser aprobada por el “apoyo
de las masas”. Por eso la política actual favorece “la cuantidad a la cualidad” y “la
popularidad a la verdad”. El sistema
de representación no permite de tomar en cuenta todos los intereses y las
evoluciones rápidos del mundo contemporáneo (tecnológicas, económicas,
demográficas etc.) complican el trabajo de los políticos que no tienen la
capacitad de entender cada particularidad. Las crisis económicas han demostrado
la incapacidad de los gobiernos a resolverlos. María Gabriela Córdova Rivera subraya otros procesos que plantean problemas
en América Latina, entre otros “la
pérdida de hegemonía de los bloques otrora dominantes, el vaciamiento de las
organizaciones políticas tradicionales […] y una pérdida de confianza en la
institucionalidad democrática tradicional”.
¿Cómo la sociedad civil puede jugar el papel de
dinamización de la sociedad? Es la pregunta de numerosos sociólogos que han
analizados la despolitización de la sociedad en América Latina como una
consecuencia de las políticas neo-liberales de los noventas. “La insuficiencia de la forma de integración
social conformada a partir de las reformas estructurales de matriz neoliberal
se ha hecho evidente.” escribe María Gabriela Córdova Rivera. Hay una
necesitad de “re-politización del espacio
público y [de] la redefinición del papel que las sociedades y sus
organizaciones pueden jugar en este nuevo escenario”. Según Oxhorn (1995) las organizaciones de la sociedad
civil “han cumplido un rol fundamental en
el desmantelamiento de los regímenes autoritarios” pero actúan más en un “rol de consolidación de la democracia que en
el rol de los procesos de transiciones democráticos”. Hoy si las
instituciones democráticas son establecidas, quedan lejos de los miembros de
las sociedades (Pearce 1997). La participación ciudadana parece inevitable como
respuesta a estos problemas y a las evoluciones mundiales. Así se trata de
saber por cualquier canales de participación se puede reforzar la democracia. El
modelo de la democracia participativa puede ser una solución para adaptar la
democracia. Las relaciones de la sociedad civil y del Estado, que estaban en
conflicto y con tensiones, deben considerar una colaboración eficiente para permitir
que los ciudadanos se sientan realmente implicados en las políticas. Eso
necesita que los ciudadanos tienen la capacitad de hacer parte o de dar sus
opiniones sobre las decisiones políticas. El dudo en la participación de los
ciudadanos debe ser reducida por un trabajo en profundo de las organizaciones
de la sociedad civil con la educación y la promoción al debate público, a la participación política
y a la crítica. Eso pasa también por el desarrollo de los valores democráticas
(tolerancia, compromiso, respeto…) con
sus acomodación y la práctica para que sean completamente integradas.
Conclusión
Hoy las democracias enfrentan muchas evoluciones y especialmente una
demanda más importante de participación de los ciudadanos. Las organizaciones
de la sociedad civil son más y más numerosas y este proceso acelerado por las
nuevas tecnologías aumenta su poder. Hay una necesidad de integración de las
organizaciones de la sociedad civil en el proceso de decisión pública para
legitimar y mejorar las políticas públicas. También estas organizaciones deben
jugar un rol en la formación de los ciudadanos para permitir una democracia
participativa que sea real.
Referencias:
Antonio Elizalde, Gonzalo Delamaza y
María Gabriela Córdova Rivera, « Sociedad Civil y
democracia en América Latina: desafíos de participación y
representación »,Polis [En línea], 36 | 2013, Puesto en
línea el 15 diciembre 2013 URL : http://polis.revues.org/9381
Mariaeclaire
Acosta Urquidi, 2013 « La emergencia de la sociedad civil como actor político
de alcance mundial : amenazas y desafíos » en Revista Mexicana de Político Exterior 98, mayo-agosto. México .pp.
151-16
Democracia,
sociedad civil y ciudadanía: tres conceptos que definen el marco de
la participación, Jorge A . Narro.
Cohen,
Jean: Civil Society and Political Theory. 1994.