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lunes, 22 de abril de 2013

Un derecho entre el diálogo y la violencia



MARGARITA MARÍN
(22 de abril de 2013)

Hace cerca de 20 años anotaba el filósofo Luis Alberto Restrepo[1] que “la mediación de los cambios sociales de contenido democrático es política y no de fuerza”. A pesar del paso del tiempo y tras una década del siglo XXI, hoy algunos recurren a la violencia para coartar los cambios que se exigen desde el  escenario público. Desde la calle.
Me refiero al caso del  matrimonio igualitario para parejas del mismo sexo. Y no es una situación específica de un territorio. Una mirada rápida a las acciones colectivas emprendidas por las comunidades de lesbianas, gay, bisexuales, travestis, intersexual (LGBTI) para detener la segregación por su preferencia sexual,  deja un sabor amargo. Casi que de inmediato se evocan las luchas antiesclavistas en el mundo entero, la historia del voto femenino, la imposibilidad que tuvieron -por mucho tiempo- los católicos para acceder a cargos de elección popular en Estados Unidos, el matrimonio entre judíos y alemanes en los años 30 o los interraciales en Sudáfrica en el apartheid. Ello, para no señalar el vendaje de pies, en China, que tuvo un proceso cultural y político que afectó a la sociedad en ese país asiático.
Ninguno de esos procesos fue fácil. La sociedad debió organizarse para defender sus intereses y defendiéndolo, promovieron el interés de todos. De una manera muy hegeliana, y precisamente por ello muy democráticamente.
En Estados Unidos se permiten bodas entre parejas del mismo sexo en Massachusetts, Nueva Hampshire, Vermont, Connecticut, Iowa, Washington DC, Nueva York, entre otros. Unas veces fueron batallas en el seno del Congreso, en los tribunales fueron otras, pero también se impidió con el voto directo en estados como California. Podría anotarse que es un logro de la nueva centuria porque no solo se cuenta cerca de la decena de estados en el país de Obama, sino que también existe tal posibilidad en Argentina, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Holanda, Islandia Noruega, Nueva Zelanda, Portugal, Sudáfrica, Suecia, Uruguay y algunos estados de Brasil y México.
En Francia como en Colombia, las organizaciones de la sociedad civil han desarrollado una serie de tácticas informativas, simbólicas y de reponsabilización[2] con las que buscan incidir de manera más efectiva en la toma de decisiones. En París (Francia), a pesar de contar con el aval del presidente Hollande, grupos extremistas como el denominado Interacción de Fuerzas Armadas “augura sufrimiento físico”[3] para los diputados que no retiren el proyecto de ley que posibilita el matrimonio homosexual. Sin duda se denota un sentimiento homófobo y una gran tensión que alcanza visos violentos en las concentraciones que se han tomado las calles.
En Colombia,  la comunidad LGBTI ha alcanzado logros en los estrados judiciales. Lograron el reconocimiento de los derechos pensionales de sobrevivencia a las parejas del mismo sexo. También, que se les reconociera, que con sus parejas pueden constituirse en familia. Así las cosas, se eliminan barreras discriminatorias, pero aún persiste el interés de algunos sectores para impedir el matrimonio igualitario. Solicitan que se busque otro tipo de figuras. Un adalid de esta posición es el Procurador Alejandro Ordóñez quien hace una interpretación diferente del fallo de la Corte Constitucional y de la misma Carta Política de Colombia de 1991. Tras esta posición está la carga moral que identifica al grupo religioso al que él pertenece, pero también los cristianos que políticamente se congregan en el MIRA. Algunos partidos políticos buscan maneras de hundir la iniciativa que debió entrar en la agenda legislativa gracias al fallo de la Corte Constitucional que los exhortó a normar al respecto[4]. Aun así muchos intentan artilugios para seguir discriminándolos. Por su parte, las organizaciones de la sociedad civil determinaron un Comité de Impulso por el Matrimonio Igualitario y con las ONG como Colombia Diversa han desarrollado estrategias de movilización que incluyen performance (ceremonias simbólicas) en sitios de protesta, plantones, comunicados y mucho lobby en el Congreso de la República.
En concreto, en uno y otro país, se ha pasado de la protesta a mejorar la información sobre la comunidad LGTBI y sus posibilidades, las movilizaciones que ayudan a poner el tema en la opinión pública al ser tratados como noticias en los medios de comunicación, se han judicializado procesos y ahora se recurre al legislativo para que se legisle y así se evite la discriminación. Por ahora, la decisión en el Congreso está pendiente, pero los altos tribunales han señalado que no se les puede seguir discriminando. Luego, con norma o sin ella, ante el Estado (notarios) ellos estarán protegidos y se les tratará como a las parejas heterosexuales.
Ha sido un proceso largo para su reconocimiento, pero lo más importante es que han sabido seguir el protocolo y con ley o sin ella logran un fallo a su favor, mitigando escenas de violencia. Con ello se demuestra que el camino político es una opción en democracia, pero que los focos de violencia siempre estarán al acecho.   
          
  


[1] Ampliar en “Relación entre la sociedad civil y el Estado”, en Análisis Político, No. 9, Ene/Abr 1990. Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.
[2] Siguiendo a Keck y Sikkink. Ampliar en Activistas sin Frontera.
[3] Ampliar en El Espectador, 22 de abril de 2013.
[4] El Congreso tiene plazo para legislar sobre matrimonio igualitario hasta el 20 de junio de 2013, por fallo de la Corte Constitucional. Eran dos años que están a punto de cumplirse y no se llega a un acuerdo sobre la norma.

18 comentarios:

  1. Catalina Jiménez23 de abril de 2013, 7:59

    Me parece oportuna y sería esta mirada. Recoge la importancia que tiene para las organizaciones de la sociedad civil y para los movimientos sociales la combinación de repertorios de acción y de formas organizativas para tener éxito.

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  2. El tema del matrimonio homosexual en Colombia que presenta esta mirada abre varias discusiones. La primera, relacionada con la pregunta de si las normas cambian la realidad social o es la dinámica social, que se manifiesta - tal como lo expone el blog - a través de las continuas luchas y reivindicaciones de grupos sociales, la que incide en la trasformación de la estructura normativa y, sobre todo, en el orden social imperante. En segundo lugar, y derivado del cuestionamiento anterior, si el reconocimiento legal es suficiente para frenar las actitudes discriminatorias arraigadas en nuestra cultura, en nuestro lenguaje y nuestras prácticas, o si, por el contrario, debemos pensar en mecanismos adicionales (integrales?) para transformar de manera definitiva la tendencia a perpetuar el desconocimiento de la diferencia. En tercer lugar, ofrece la oportunidad de recordar que la perspectiva original de los derechos liberales, pregonados como universales, si bien se constituyó en un avance de la sociedad moderna, ocultó, al menos momentáneamente, las implicaciones que en términos de exclusión suponía esta construcción. Bien lo explica Javier de Lucas cuando señala: “El problema es, precisamente que, en el esfuerzo de abstracción por conceptualizar los derechos del ser humano (…), se produciría un sujeto vacío, un sujeto contrafáctico, inexistente. (…)"(1994:264). Esos son los derechos de un hombre civilizado, burgués de la época, imagen que contrasta con la complejidad de las construcciones sociales, políticas, económicas, psicológicas que envuelven al individuo y que exaltan la riqueza de la diversidad.
    Concluye de Lucas"(...) el problema no es que los derechos no hayan sido atribuidos universalmente a todos los hombres, sino que la mayor parte de los seres humanos no han sido considerados como tales (…)” ( 1994:265).
    De allí la importancia de plantear los mecanismos que permitan avanzar una sociedad abierta y sobretodo incluyente.

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  3. La discusión es amplia a la hora de hablar de la aprobación del matrimonio para la comunidad LGBTI. Por un lado, nos encontramos en un escenario donde ciudadanos con una inclinación sexual diferente a la tradicional, reclaman que le sea conferido el derecho a fundar una familia independientemente de su orientación sexual o identidad de genero. Frente al conservadurismo en Colombia, heredado de nuestros ancestros. Esto se puede evidenciar en el culto a la religión católica y cristiana que es el principal opositor de esta nueva propuesta.

    Los conservadores consideran absurdo la aprobación del matrimonio igualitario y sostienen que al ser aprobado, se distorsionaría el concepto de familia, rol masculino y femenino en la sociedad, especialmente en los jóvenes y se impulsará a las personas a pertenecer a esta comunidad, por otro lado, consideran que la legalización del matrimonio gay abrirá las puertas a que en un futuro se legalice cualquier tipo de matrimonio.

    La sociedad civil, ha logrado presionar la decisión en el senado por medio de manifestaciones sin violencia y actos simbólicos que han llamado la atención de los medios de comunicación, en consecuencia, han incrementado el debate y el apoyo de personas externas a la comunidad LGBTI.

    El debate continua, la idea de que una pareja homosexual pueda criar un hijo o no es una de las mas cuestionadas, no obstante, cabe preguntarse si ¿es preferible tener niños en las calles y en centros de bienestar con los cuidados mínimos ofrecen?

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    1. Mariana recuerde que el tema es una disculpa para focalizar el trabajo de las organizaciones de la sociedad civil. En este comentario usted discute solo el tema, pero dónde queda lo que hacen las orgnizaciones?? Trabajo de redes, movilización de recursos, lobby, movimientos, acciones colectivas, entre otros

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  4. Sin duda alguna el debate sobre las uniones maritales entre personas del mismo sexo será un tema coyuntural que causará todo tipo de reacciones por parte de las organizaciones de la sociedad civil mientras la sociedad en general no acepte este tipo de solicitudes y lo siga manteniendo como un tema tabú. En el caso de Colombia, si bien es cierto que siguen sin aprobarse ciertos derechos, creo que por parte de las organizaciones si se ha dado un esfuerzo notable por cuanto son mas aceptadas y de manera menos discriminatoria todos aquellos cuyas preferencias e identidades sexuales difieren de las cotidianamente aceptadas como "normales". Lo anterior se evidencia en su participación en medios de comunicacion y en la arena política, de hecho en la Alcaldía de Bogotá se desarrollan programas que favorecen este tipo de población que a pesar de los esfuerzos sigue siendo afectada por la mentalidad conservadora y radical de muchos lideres políticos en nuestro país. Considero también que a pesar de los esfuerzos tales como las protestas, plantones, el lobby, hace falta que dichas organizaciones empiecen a trabajar con la sociedad en general, por que finalmente los congresistas son elegidos por las personas del común y son ellos quienes tienen el empoderamiento para que atraves de su participación exijan derechos que favorezcan a este tipo de comunidades.Como se ha demostrado en muchos lugares, los logros para las minorías empiezan desde el seno de la sociedad y es con ella con quien se debe empezar a trabajar de modo que los representantes elegidos en el Estado sea quienes defiendan sus intereses.

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  5. ¿Matrimonio entre personas del mismo sexo? Es un tema que hace muchos años causa una gran conmoción mundial, ¿ familas con dos padres o dos madres? Preguntas que generan discusiones de horas y horas, como el hablar de religion o política, el matrimonio homosexual puede ser causa de choques ideologicos.
    A pesar del entorno en el que se desarrolla esta discusión, para nosotros es evidente que las personas que quieren realizar este tipo de actos tienen unos derechos y unas libertades y que como en otros paises como los citados anteriormente se les respetan.

    Para empezar lo primero que debemos hacer es tener en cuenta el trabajo de la sociedad civil en el primer mstrimonio gay, es evidente que la ideologia liberal aparecio con el fin de dejar el conservacionismo a un lado, al principio los matrimonios gay fueron connotado como actos inpuros y del demonio, aquellos actos reprochados y prohibidos tuvieron que pasar por un gran proceso politico para que en paises como estados unidos fueran aceptados, un proceso en el cual el principal actor fue la sociedad civil y sus organizaciones, dando a conocer que tenian derechos como cualquier otra persona, la sociedad civil mediante acciones colectivas como manifestaciones y movilizaciones humanas logran captar la atencion del gobierno, en este caso no en su totalidad pero si en algunos estados y mediante acciones como el LOBBY logran convencer a los mandatarios influyendo en la toma de decisiones, decisiones con el beneficio esperado.

    En el caso colombiano un pais con bases conservadoras, en el que el liberalismo en este caso representado por la comunidad gay, comunidades como la del LGBTI tienen una ardua tarea para lograr sus cometidos, la sociedad civil en este caso mediante todas sus formas de accionar busca persuadir e influir en la toma de decisiones, con el fin de que los derechos de estas personas sean respetados, no obstante y a pesar de que la decisión Esta pediente debemos de reconocer el buen protocolo que ha seguido la sociedad civil en su forma de actuar, utilizando mecanismos como la movilización humana y la informacion que trasciende las fronteras como es el caso de la movilizacion global de la comunidad gay el movimiento cobra fuerza.

    En esta ocasion la sociedad civil representada en la organización del movimiento gay en colombia, en alianza con ongs como colombia diversa buscan influir en el gobierno, persuadirlos con el fin de obtener beneficios a la comunidad, sin dejarse atormentar ni intimidar de las amenzas existentes, el proceso continua, hasta que la dociedad civil logre su.cometido, porque como se ha visto empiricamente, la sociedad civil y sus organizaciones parecen ser incansables y actos como los de una movilización masiva que.se entiene por accion colectiva, solo nos muestra la fuerza que la sociedad puede llegar a tener.

    Juan sebastian gomez c

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  6. La no aprobación del proyecto de ley de matrimonio igualitario es sin duda alguna un retroceso a los grandes esfuerzos hecho por la comunidad LGTBI y por la sociedad civil por el reconocimiento de derechos igualitarios, pero también es un muestra decepcionante de la calidad de nuestros parlamentarios, pues resulta incuestionable que gran parte de la decisión que se tomó la semana pasada se vio contaminada por intereses individuales, ya que la reelección para el próximo año se veía claramente comprometida y de la decisión que tomaran dependerían gran parte de los futuros votos y si se tiene en cuenta que la comunidad LGTBI representa una minoría frente a un país en su mayoría católico y un tanto retrograda no resulta sorprendente que “ Con 51 votos en contra y solo 17 a favor, decidieron darle santa sepultura a esta iniciativa, liderada por el parlamentario del Partido de la U, Armando Benedetti” .

    Así mismo se evidencia la gran división de pensamiento en Colombia; para unos la “las expresiones “un hombre y una mujer” y “de procrear” violan derechos como los de la igualdad y el libre desarrollo de la personalidad” o para Carlos Gaviria Díaz, ex senador y reconocido personaje de la política colombiana, “cree que la discusión acerca de aprobar o no el matrimonio igualitario fue muy importante, pero se debe entender la dificultad del tema, pues es bastante nuevo. Sobre todo, muy diferente de lo que ha sido la mentalidad de los colombianos, históricamente demasiado impregnada de creencias religiosas” o a un más retardatario Mario Cely Quintero, un teólogo al que se le dieron diez minutos para exponer sus posiciones sobre el proyecto a debatir quien aseguró que ““casar homosexuales es un experimento social inédito y peligroso y agregó que en las parejas del mismo sexo no hay amor, porque está demostrado que dos hombres, que tienen la misma constitución cerebral, no pueden amarse de verdad. Sobre esta justificación agregó que he visto que (las parejas gay) no tienen capacidad de amar a su compañero, sino lo que siempre buscan es llenar el afecto que no tuvieron desde niños y lo expresan a través de descargas orgásmicas”. No obstante también hay muestras de pensamientos coherentes y progresistas como los expuestos en la ponencia de “Martha Lucía Cuéllar, activista LGTBI, presentada como mujer heterosexual y con un hijo gay quien siente que a él se le ha discriminado y la falta de reconocimiento de sus derechos le ha imposibilitado una vida digna” o de Armando Benedetti quien aseguró que “El día que nosotros seamos capaces de convertirnos en un congreso moderno, vanguardista y progresista, nosotros podremos ayudar a que la desigualdad y la pobreza acaben en Colombia”.

    Ciertamente mientras que muchos festejan que Colombia no se convirtió en el décimo quinto país en el mundo en aprobar el matrimonio entre parejas del mismo sexo muchos otros como los activistas de la comunidad LGTBI no se lamentaran por la decisión que adoptaron los legisladores sino que continuaran buscando el matrimonio ya que “es el único que garantiza la igualdad con efectos jurídicos inmediatos y también la igualdad simbólica”.

    Buscarán aprobación del matrimonio gay mediante tutela en la Corte, en: http://www.elheraldo.co/noticias/nacional/buscaran-aprobacion-del-matrimonio-gay-mediante-tutela-en-la-corte-108376
    Las voces de la sociedad civil sobre el Matrimonio Homosexual, en: http://www.kienyke.com/historias/matrimonio-homosexual-colombia-argumentos-apropiados/
    Morales, Juan, (25 de abril de 2013). Colombia le dijo NO al matrimonio homosexual, en: http://www.elmundo.com/portal/noticias/poblacion/colombia_le_dijo_no_al_matrimonio_homosexual.php

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  7. Por estos días, el debate nacional ha girado en torno a la discusión legislativa de un proyecto de matrimonio igualitario que propenda de derechos y represente el contexto familiar entre parejas del mismo sexo. Es un tema que sin lugar a dudas genera todo tipo de reacciones y evoca ese sentido conservador y tradicionalista que ha regido el curso de la sociedad colombiana desde su conformación republicana propiamente.

    Colombia es un país profundamente católico, que durante largo tiempo ha visto la manera en que su Estado ha evocado un modelo meramente confesional para determinar el rumbo de sus acciones y el enfoque bajo el cual asimila las reacciones así como las interacciones al interior de la sociedad. No obstante,una fuerte cruzada progresista que durante los últimos años han encarnado las instituciones judiciales y constitucionales bajo el amparo de la Carta Política, ha permitido la consolidación de un panorama que hasta hace pocos años era impensable para cualquier ciudadano del común. (Legalización de la dosis mínima, despenalización de la eutanasia y el aborto; y en la coyuntura actual, la garantía de derechos a parejas del mismo sexo). Sin lugar a dudas, el país ha hechos sus esfuerzos por estar a la vanguardia mundial en términos de legislación sobre los derechos de sus ciudadanos, sin muchas restricciones.

    Es así, como mediante el activismo judicial de las altas cortes, así como una creciente tendencia hacia la movilización social que han permitido una apertura ideológica respecto a la forma en la que se concibe el Estado frente a sus ciudadanos y la diversidad que en ellos reside. Dicho conjunto de ciudadanos organizados han actuado bajo el activismo que busca defender sus derechos y establecerlos en condición de igualdad frente a los demás, motivados por un sentir común de discriminación que históricamente ha ejercido la sociedad y un Estado meramente cerrados a las diferencias, y por el contrario ha propendido por un modelo heterogéneo de derechos que en muchos casos no son garantía para la ciudadana en su conjunto.

    La comunidad LGBTI así como todo tipo de organizaciones ya mencionadas, han aprovechado la coyuntura del debate nacional y han demostrado que haciendo uso de una movilización de recursos efectiva, representado en acciones colectivas y un fuerte lobby a nivel legislativo. Han podido generar el ruido suficiente para poner a andar un tema que tantas asperezas genera en un país católico, y que para algunos críticos, dicho activismo así como le da el valor suficiente al tema para su discusión pública, también terminara politizandolo y por ultimo generando aún más la polarización entre las partes.

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  8. Si bien es cierto que el tema del matrimonio entre personas del mismo sexo ha estado en boom últimamente, las medidas que se han tomando al rededor del mundo frente a esta situación han sido diferentes y en algunos casos resulta estar en contraposición una de la otra.

    Queda claro que las organizaciones de la sociedad civil han sido esenciales para que este grupo social haya logrado su cometido en muchas partes del mundo, y la última de ellas en Francia, donde podemos decir que se ha dado un verdadero proceso de democracia deliberativa y se le han otorgado los derechos merecidos a esta parte de la población. Sin embargo, un país como Colombia, donde el conservatismo es muy poderoso debido a la religión, aunque se hablé de democracia y participación ciudadana, pareciera que esto quedará en un segundo plano.

    Siendo así, a pesar de una amplia participación ciudadana, de movilizaciones y de acciones por parte de las colectividades, no se ha logrado una verdadera cohesión social (frente a este y otros temas de debate) que permita que haya un consenso y se logre esa democracia participativa de la que tanto se habla.

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  9. Es notable que las acciones colectivas por parte de la comunidad LGBT, han sido demasiado serias y han logrado cierta presión política a través de los medios de comunicación, debido a su movilización de recursos. Pero, aunque sea un grupo activista, lastimosamente no ha tenido mucha cohesión social ya que es un número de personas bastante reducido y en un país cuya religión es bastante radical. No obstante, este activismo poco a poco va logrando una polarización de opiniones que a largo plazo pueda repercutir seriamente en la constitución política.

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  10. El matrimonio entre personas del mismo sexo ha polarizado la posición de los colombianos, las grandes disputas de los últimos meses ha llevado a el gran debate sobre el tema.

    Por lo que se me hace oportuno referirme a la columna de Rodrigo Uprimny Yepes en Dejustica en el cual establece las dos extremas posturas frente a el tema; por un lado José Galat rector de la Universidad La Gran Colombia (conservador) y por el otro Rodrigo Uprimmy rector del Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad (liberal). José Galat en su posición de conservador establece “La Corte no debe aprobar el matrimonio entre homosexuales, porque directamente la Constitución lo prohíbe en el Artículo 42, que define el matrimonio con dos características: monográfico y heterosexual. Pero además hay otro argumento: tenemos una Constitución teísta que invoca a Dios en el preámbulo, regida por la moral natural, que dice que la unión matrimonial debe ser entre un hombre y una mujer” frente a los que Rodrigo Uprimmy responde con “El profesor Galat sugiere que como el objetivo del matrimonio es procrear, no puede haber matrimonio entre personas del mismo sexo. Si esto fuera así, habría que prohibir el matrimonio de parejas estériles o de las heterosexuales que no quieran tener hijos. Por otro lado, la definición de natural o no natural es cultural. Y hoy en muchos países culturalmente se ha aceptado que haya matrimonio entre personas del mismo sexo”.

    Es así, que por estas posiciones y estos pensamientos es que establecemos esta polarización, pero a nivel personal sin tener un partido establecido puedo respaldar la respuesta que da Rodrigo Uprimmy en su primera intervención “…que razón hay para que no haya matrimonio entre las personas del mismo sexo?” siendo que si bien a través de la historia se han dado cambios en la sociedad y ciertas transformaciones que benefician a un conjunto de personas en especial, la comunidad LTBI no queda de lado hacen parte de la sociedad civil y por lo tanto tienen derechos como todas los otros civiles, por el hecho de no compartir muchas habitualidades a las que se está acostumbrado no quiere decir que no pueda haber cierta manifestación de cambio y apoyo por parte del resto de la sociedad. Las manifestaciones y movilizaciones que han realizado no han sido de gran magnitud debido a la perspectiva con la que se les ve, es necesario que como sociedad civil nos reunamos y apoyemos esta minoría que como todos nosotros en algún momento y frente algún tema están a la expectativa de una transformación que permita su desarrollo normal dentro de la sociedad.

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  11. En la actualidad hay catorce países que reconocen el matrimonio entre parejas del mismo sexo, y en Colombia es un tema que está en “boom”, para lo cual es importante entender que la sociedad colombiana es conservadora y en este caso un poco homofóbica, además que cuenta con uno de los grupos de presión que a mi forma de ver por su fuerza y tamaño es el más importante “la comunidad católica”.

    La cual bajo su mirada conservadora y religiosa argumenta su oposición bajo dos postulados; primero que el orden natural del ser humano es crear vida obviamente con una pareja del sexo opuesto, segundo que al aprobar la figura del matrimonio entre parejas del mismo sexo estos tendrán la posibilidad de ejercer el derecho de adopción bajo la premisa que serán una nueva definición de familia, en donde la iglesia argumenta que parejas gay no podrán educar bien a un hijo y que le estarán distorsionando al hijo la definición natural de familia, por ausencia de la figura paterna o materna según sea caso. Por otro lado está la comunidad gay o LGBTI que aunque han logrado reconocimientos ya descritos anteriormente, argumentan que la unión civil no respeta la igualdad en Colombia porque ellos quieren el mismo derecho con el mismo nombre “matrimonio” y no ser considerados una clase social de segundo nivel, sino pertenecer al conjunto de la sociedad en general y gozar de los mismo derechos de todos.

    Teniendo en cuenta que organizaciones como Colombia Diversa las cuales son independientes del Estado pero no indiferentes trabajan para poder crear procesos que mediten, comenten y negocien un mejor trato a esta minoría de la sociedad y que le sean reconocidos los mismo derechos que cualquier colombiano por el hecho de ser colombiano. Además es agradable resaltar que las manifestaciones no siempre deben estar acompañadas de disturbios y vandalismo para generar conciencia ciudadana sino que mediante actos simbólicos y de protesta pacífica las personas puedan entender el mensaje que les ha sido difícil comprender desde un principio.

    Además esta organización busca mayor presión por medio de la presentación del EPU (Examen Periódico Universal) ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas para mostrar la situación actual de derechos humanos para la comunidad LGBTI, esto es importante en la medida que las organizaciones no se quedan con los escenarios locales sino que buscan sonar internacionalmente.

    Más allá de la decisión, es significativo resaltar tal como lo dijo Camilo De Guzmán[1] que “el nivel de debate que procedió esta decisión no es el que los colombianos merecemos de nuestro Congreso” teniendo en cuenta bajo la función que tienen los representantes está el explicar los argumentos de su proceder, no se deben limitar a expresar su opinión por el contrario deben generar debate para poder guiar a la sociedad en las implicaciones que tendrá esta decisión.

    Por último en un mundo globalizado con una sociedad cada vez más cambiante, el Estado debe responder a lo que la sociedad pide para seguir en la construcción de sistemas de gobierno más incluyentes.

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    [1] Ampliar en “Un debate escatológico”, en ElTiempo.com, 2013, Bogotá.

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  13. 
Desde la creación de los derechos humanos, en pro de la lucha por la igualdad, como la equidad entren los miembros de la sociedad, no solamente estos han atravesado por la evolución en tres generaciones para abarcar a cada parte funcional de la sociedad, si no que cada vez los grupos sociales han emprendido una batalla en donde les sean reconocidos, por ejemplo como las mujeres a través de el siglo pasado o las minorías raciales en un respectivo país han luchado para tener los mismos derechos sin necesidad de recibir ninguna clase de discriminación.

    
Ahora cabe resaltar que desde la misma sociedad y los grupos funcionales de esta, han estado en la constante carrera por la reivindicación de los oprimidos y el reconocimiento de lo que cada persona merece, sin embargo muchas veces esta carrera se ve sesgada por la creencia, tanto moral como religiosa de ciertas elites de la sociedad misma, en donde al final dan como cierto aquello que piensan sobrepasando el entendimiento y la correcta interpretación tanto de las leyes como de los derechos y deberes de las personas.

    
Finalmente en un país como Colombia, en el cual se ha visto envuelto dentro de una historia violencia, en la cual gran parte de la sociedad ha sido privada de muchos de sus derechos, querer seguir restringiendo a la personas aquello que les pertenece es ir en contra de la misma razón por la cual se está luchando para lograr un país sin guerra, sería un retroceso tanto en la búsqueda de la igualdad como en el bienestar de la sociedad en sí misma, porque al igual que cada miembro de la sociedad tiene el derecho a ser libre y tener garantizada su seguridad, tiene el derecho de asociarse con la persona que quiera y expresarse ante el resto de cualquier forma mientras esta no haga ningún daño a los demás

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  14. Como lo hace evidente Margarita el repertorio del LGBTI ha estado dentro del marco de la ley y se a pronunciado por medio de mecanismos legales. Es entendible el temor de algunas comunidades opositoras al ver que la sociedad ha desarrollado expresiones y posturas diferentes y nuevas, sin embargo, lo que no es aceptable son las reacciones violentas que marginan y excluyen a un sector de la población que posee los mismo derechos que cualquier persona. En este mismo orden de ideas, la buena estructura organizativa y la gigantesca red de información y de transferencia de recursos que se presenta a través de las diversas organizaciones de la sociedad civil alrededor del mundo permiten ejercer una presión importante en las decisiones políticas. Esto no solo se puede evidenciar en los resultados obtenidos en pro de los derechos de esta comunidad en los diferentes países ya mencionados en el artículo, sino también se pueden observar en el espacio social que han logrado capturar, valga aclarar que no me refiero con el termino capturar desde un perspectiva negativa, sino quiero hacer énfasis a su proceso de lucha y que han logrado que se les respete e identifique un lugar. Este es el caso de la localidad de chapinero en la ciudad de Bogotá, en donde su expresión no se ve opacada por los parámetros conservadores de gran parte de la población.

    Desde mi punto de vista, los jóvenes han tenido una gran participación en el proceso de lobby que se ha venido dando por parte de estas organizaciones, ya que los jóvenes vienen con una nueva visión sobre el desarrollo social de la población y una mayor participación abierta en los partidos políticos, lo que permitió que al menos este tema llegara a discutirse en el congreso, algo que no creo que las comunidades religiosas y conservadoras hallan creído posible. A pesar de no haber lo grado su objetivo generalizado, estas organizaciones tienen a su favor la forma como han llevado su proceso de lucha, con lo que cada vez lograra ganar más terreno y logar un espacio legalmente reconocido en la sociedad. Además, poseen gran trasferencia de conociendo e información de los proceso de esta comunidad en otros escenarios políticos, lo que les da aún más herramientas para enriquecer su repertorio. De lo anterior, se generara mucha más controversias pero creo que para eso se organiza la sociedad, para expresar su opinión y efectuar cambios si se están viendo afectados sus derechos.

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  15. En lo que concierne al tema del matrimonio homosexual, muy de actualidad en varios países, las organizaciones de la sociedad civil desempeñan un papel de primer plano. Efectivamente, son ellas que permiten sensibilizar a la opinión pública sobre el asunto y es gracias a las múltiples manifestaciones y protestas en las calles que consiguen, poco a poco, a hacerse escuchar por la esfera política. Para tomar el ejemplo de Francia que conozco mejor, es gracias a las organizaciones y asociaciones de protección de derechos humanos y de defensa de los LGTBI que las personas que defendían la causa del matrimonio homosexual se reunieron y hicieron acciones colectivas: numerosas protestas y movimientos de masa, sensibilización en las redes sociales, información en los medios de comunicación, etc.

    Tristemente, los temas alrededor de los LGTBI son muy sensibles socialmente, y el caso del matrimonio gay lo mostró una vez más: en Francia, hubo fuertes violencias durante varios meses, incluso dentro del hemiciclo de la Asamblea General entre los parlamentarios. Claramente, estas violencias llevaron a que el tema fuera aún más discutido y se volvió el asunto n°1 hasta que fuera legislado hace algunos días. Así, vemos que la violencia puede ser, en algunos casos, muy ligada a las organizaciones de la sociedad civil y al político, pues también constituye una forma de expresión y desgraciadamente, puede ayudar a que se hable más de un tema.

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  16. La aprobación del matrimonio gay y en general la lucha por el respeto de los derechos de las personas del movimiento LGBTI, ha sido una lucha emprendida desde las OSC, dado que el vinculo de representatividad que debe existir por medio de los partidos políticos, se ha roto, y ha sido vencido por las tradiciones conservadoras que muchas veces prevalecen en diferentes lugares del mundo.

    Desde este punto de vista, la actuación de las OSC ha permitido un espacio de diálogo que representa este nuevo tipo de transformaciones de la sociedad, en la que las orientaciones sexuales de los individuos, representan aquellas discuciones propias del desarrollo de las relaciones humanas; y que deben ser tenidas en cuenta por el Estado a la hora de establecer su legislación o políticas publicas. Así pues, vale la pena resaltar diferentes actuaciones de la sociedad civil, que va desde las movilizaciones o plantones realizados para la exigencia de los derechos, hasta el lobby especializado en los estamentos de decisión, como los diferentes congresos y parlamentos alrededor del mundo. De igual forma, vale la pena rescatar la importancia del simbolismo y la transnacionalización del LGBTI, que han permitido a las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgeneristas e intersexuales; apropiarse por la lucha de sus derechos, y que de igual forma, a sensibilizado a la sociedad respecto a este tema que muchas veces es tratado como un tabú.

    No obstante, la división social sobre el tema salta a la vista, porque si bien, las OSC buscan representar los intereses de la sociedad frente a los poderes políticos y económicos, ¿qué sucede cuando los intereses de las OSC son opuestos?. El caso francés permite ejemplificar ésta situación, porque la apropiación del matrimonio gay fue el resultado de la gran movilización de recursos y actividades provenientes de la sociedad civil, pero tras su aprobación, diferentes sectores conservadores de la misma, se han movilizado por medio de OSC para mostrar su descontento frente a la decisión del parlamento francés.

    Frente a este escenario vale la pena entonces preguntarse, cuál de estas visiones presentes en las OSC realmente representa los intereses de la sociedad, y frente a cuál de éstas debería sentarse a negociar el gobierno o los órganos legislativos.

    Entonces, aunque se vea el grupo LGBTI como una clara expresión de las OSC, debe tenerse en cuenta la posición del resto de la sociedad- que de forma errada o no- desean oponerse a este tipo de cambios legislativos y sociales; esto debido a que la sociedad civil debe servir como mecanismo en el que confluyan los diferentes intereses de la sociedad, y no sólo aquellos que se consideren que son más beneficiosos o que vayan de la mano con el desarrollo de las sociedades.

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  17. Cuando los derechos de los grupos de la sociedad civil han sido vulnerados una de las vías es convertir las acciones colectivas y el lobby en una fuerza política para poder llegar así a hacer respetar sus derechos igualitarios como ha pasado en muchos escenarios políticos de varios países.
    El movimiento LGBTI de la sociedad civil en Colombia ha tenido un proceso arduo para poder consolidar sus derechos. Algunos avances como el reconocimiento a las pensiones de sobrevivencia, pero retrocesos como el hundimiento de la propuesta en el congreso para el matrimonio igualitario. Esto muestra que los únicos capaces de reconocer los derechos de una población vulnerable son la Corte como así ellos mismo las catalogan. Dejar esta tarea al congreso simplemente demuestra “que el congreso no trabaja para el pueblo” como lo dijo Armando Benedetti, líder de esta propuesta en el senado.
    Frente a los múltiples sucesos de las sesiones, me convenzo que aunque Colombia es consagrada en la constitución como un Estado laico, esto se usará y se reconocerá únicamente cuando los representantes del pueblo les favorezca para argumentar sus intereses personales pero no los intereses como de este movimiento que pide indiferencia frente a su identidad sexual y dejar de ser excluidos.
    Es claro, que la sociedad civil no es homogénea es heterogénea y se presentan choques en ella como los debates de la oposición encabezados por el mismo procurador. Sin embargo, cabe resaltar que aunque nunca llegará a ser homogénea, si debe existir un grado de tolerancia y respeto por aquel que es diferente a mí, y con ello quiero resaltar la verborrea que durante las sesiones el congresista Gerlein dijo. El cual se me hace un hecho de violencia, no física, pero un hecho de violencia sumamente repudiado por personas que no pertenecemos al movimiento LGBTI pero que hacemos parte de una sociedad civil que cree en sus derechos.
    Ahora bien, aunque el fallo del Congreso se hundió, este hecho generó conciencia a varias personas de la sociedad civil para levantar su voz y mostrar su inconformismo con el injusto trato que en el congreso le tienen a este movimiento sin necesidad de recurrir a la violencia física.
    De esta manera, para finalizar, lo que se debe hacer ahora, es consolidar más la cooperación de personas no pertenecientes al movimiento LGBTI, pero que exigen una respuesta favorable por parte del congreso como representantes del pueblo en un Estado Laico, y seguir movilizándose por ellos y el reconocimiento de ellos como ciudadanos de primera categoría.

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