Estudiante de noveno semestre
Gobierno y Relaciones Internacionales
Voluntaria en Corporación Proyectando Imaginarios
Durante el primer semestre del 2019
tuve la oportunidad de realizar el voluntariado profesional con la Corporación
Proyectando Imaginarios/ Casa B, esta experiencia la defino como única y
extraordinaria. ´Casa B´ es una casa cultural ubicada en el barrio Belén, en
este espacio se busca reconstruir el sentido de pertenencia a un territorio y el tejido social del
barrio, al llegar por primera vez a ´Casa B´ a mi y a otra compañera de la
universidad nos dieron el reto de crear un proyecto que ayudará a cumplir el
objetivo de esta corporación. Al principio esta tarea se tornó un poco difícil
pero con trabajo en equipo y creatividad logramos cumplirla. Junto con mi
compañera iniciamos un proceso de orientación vocacional con los jóvenes de la localidad La Candelaría.
Este proceso lo llevamos a cabo con
los estudiantes de décimo y once del colegio distrital ´Escuela Nacional del
Comercio´, realizamos diferentes encuentros acompañadas siempre de la
orientadora y maestros de la institución. En los primeros encuentros realizamos
dinámicas de autoreconocimiento, con esto buscamos que los jóvenes reconocieran
sus fortalezas y capacidades técnicas e identificaran con qué áreas del conocimiento se sentía afines, en
los siguientes encuentros realizamos test de orientación vocacional y jornadas informativas sobre educación superior y formas de
financiamiento, después de algún tiempo, ya existía un ambiente de mayor
confianza entre ellos y nosotras, y pudimos hablar sobre sus sueños y metas, en
los últimos encuentros tuvimos la oportunidad de explicar todo el proceso para
aplicar a instituciones universitaria y técnicas. También realizamos
simulacros de entrevista.
Foto: Los estudiantes del grado once del colegio distrital Escuela Nacional del Comercio, se encontraban realizando una actividad de autoreconocimiento.
Día a día aprendí a conocer y a entender a los
jóvenes con los que compartí este proceso de voluntariado, entendí que cada uno
de ellos es un mundo diferente, pero que todos comparten una misma realidad.
Estos jóvenes tienen diferentes sueños, algunos quieren ser profesionales,
otros sueñan con ser futbolistas, bailarinas, y hasta expertos en ciencias
ocultas; sin embargo, comparten un mismo obstáculo o limitante, ya que todos
pertenecen a familias con recursos bajos. A pesar de ello, estoy segura que las
jornadas que realizamos les ayudaron a tener una mayor claridad para sus
proyectos de vida y siempre les recordamos y dejamos el mensaje de que vale la pena soñar alto y que cada
obstáculo puede superarse.
Quedo con muy buenos recuerdos de
esta experiencia y creo que todo el mundo debería realizar al menos una vez en su vida un
programa de voluntariado. Es muy enriquecedor salir de la zona de confort y
conocer otras realidades.
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