Translate

jueves, 13 de junio de 2019

Soñadores: Cada joven es mundo diferente

Por: Luisa María Rodríguez
Estudiante de noveno semestre
Gobierno y Relaciones Internacionales
Voluntaria en Corporación Proyectando Imaginarios



Durante el primer semestre del 2019 tuve la oportunidad de realizar el voluntariado profesional con la Corporación Proyectando Imaginarios/ Casa B, esta experiencia la defino como única y extraordinaria. ´Casa B´ es una casa cultural ubicada en el barrio Belén, en este espacio se busca reconstruir el sentido de pertenencia a un territorio y el tejido social del barrio, al llegar por primera vez a ´Casa B´ a mi y a otra compañera de la universidad nos dieron el reto de crear un proyecto que ayudará a cumplir el objetivo de esta corporación. Al principio esta tarea se tornó un poco difícil pero con trabajo en equipo y creatividad logramos cumplirla. Junto con mi compañera iniciamos un proceso de orientación vocacional con los jóvenes de la localidad La Candelaría.

Este proceso lo llevamos a cabo con los estudiantes de décimo y once del colegio distrital ´Escuela Nacional del Comercio´, realizamos diferentes encuentros acompañadas siempre de la orientadora y maestros de la institución. En los primeros encuentros realizamos dinámicas de autoreconocimiento, con esto buscamos que los jóvenes reconocieran sus fortalezas y capacidades técnicas e identificaran con qué  áreas del conocimiento se sentía afines, en los siguientes encuentros realizamos test de orientación vocacional y jornadas informativas sobre educación superior y formas de financiamiento, después de algún tiempo, ya existía un ambiente de mayor confianza entre ellos y nosotras, y pudimos hablar sobre sus sueños y metas, en los últimos encuentros tuvimos la oportunidad de explicar todo el proceso para aplicar a instituciones universitaria y técnicas. También realizamos simulacros de entrevista.


Foto: Los estudiantes del grado once del colegio distrital Escuela Nacional del Comercio, se encontraban realizando una actividad de autoreconocimiento.

Día a día aprendí a conocer y a entender a los jóvenes con los que compartí este proceso de voluntariado, entendí que cada uno de ellos es un mundo diferente, pero que todos comparten una misma realidad. Estos jóvenes tienen diferentes sueños, algunos quieren ser profesionales, otros sueñan con ser futbolistas, bailarinas, y hasta expertos en ciencias ocultas; sin embargo, comparten un mismo obstáculo o limitante, ya que todos pertenecen a familias con recursos bajos. A pesar de ello, estoy segura que las jornadas que realizamos les ayudaron a tener una mayor claridad para sus proyectos de vida y siempre les recordamos y dejamos el mensaje de  que vale la pena soñar alto y que cada obstáculo puede superarse.

Quedo con muy buenos recuerdos de esta experiencia y creo que todo el mundo debería  realizar al menos una vez en su vida un programa de voluntariado. Es muy enriquecedor salir de la zona de confort y conocer otras realidades.

No hay comentarios:

Publicar un comentario