Por :
Nicolas Tena, Estudiante de intercambio de Sciences Po Paris, en la facultad de
Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de
Colombia.
Para empezar este
reporte sobre mi trabajo como voluntario en Reingeniería De Corazones para Un
Nuevo Amanecer (REDCUNA), a lo largo del segundo semestre del 2013, quiero
señalar que es una organización de base que se ubica en la carrera 6 con calle
5 número 99, en el barrio Santa Bárbara.
¿Qué es concretamente REDCUNA? Oficialmente la
misión de esta asociación fundada en 2006 es: “Teniendo en cuenta la realidad y
necesidad de la comunidad más vulnerable, fortalecemos el núcleo familiar
utilizando el arte y la cultura como herramienta pedagógica para mejorar su
calidad de vida, impulsando de manera creativa la interacción e implicación de
la sociedad en causas solidarias, creando líderes comunitarios quienes al conocer y
aplicar todos los derechos y deberes ciudadanos”. Una descripción con mis propias
palabras sería la siguiente: REDCUNA es una fundación que trabaja con dos tipos
de población objetivo, los niños entre 6 y 15 años y las personas de tercera
edad de los barrios Santa Bárbara, Egipto y Las Cruces, ubicados en el centro
de la ciudad de Bogotá. Con la primera franja de población se propone acoger a
los niños que presentan dificultades escolares y problemas familiares con el
fin de aportarles un apoyo escolar y transmitirles valores fundamentales como
la tolerancia, el respeto,
la creatividad y el emprendimiento.
Esto se realiza de
lunes a viernes, entre las 2PM y las 5PM, la primera hora se dedica a ayudar a
los niños con sus tareas escolares y después se recompensa el esfuerzo con
talleres artísticos y clases culturales. Otro objetivo de todo esto es que los
niños no se queden deambulando por las calles después de los horarios de clase,
para que no estén en contacto con las malas influencias y las drogas.
Actualmente se está trabajando con quince niños y niñas. En lo que concierne la
segunda parte, REDCUNA trabaja con personas que tienen entre 55 y 85 años y
este semestre se ha desarrollado un proyecto de agricultura urbana. La
Organización No Gubernamental (ONG) ha conseguido algunos metros cuadrados de
tierra para que las personas puedan venir plantar sus matas y cuidar de ellas.
El objetivo es que estas personas cultiven plantas medicinales para que las
transformen en cremas para los dolores de articulaciones que pueden utilizar
para uso personal o que pueden vender si se encuentran en una situación de
escasos recursos (lo que es generalmente el caso). Después de haber trabajado
sus plantas, las 60 personas que acuden a la fundación el sábado por la tarde,
pueden disfrutar del refrigerio que se les ofrece además de tener la
posibilidad de jugar un deporte tradicional de Bogotá : el tejo.
Pienso que REDCUNA es más que eso. Son las
personas que la componen. REDCUNA es ante todo: David, el hijo menor de la
familia quien siempre está corriendo por todos lados para ayudar en lo que
puede a sus padres y que también participa a las actividades de la fundación. Don
Manuel, un señor de unos 70 años que viene todas las tardes para apoyar la
asociación que le permitió salir de la violencia. Aracely, la ama de casa que
prepara todos los refrigerios para los niños y que hace el mejor tinto que he
probado. Esta organización reposa, en gran parte, sobre los hombros de Jairo
Pinzón. Este hombre apesar de tener poco estudio fue el fundador de esta
asociación que mantiene a su familia y a los chicos y abuelos con recursos que
logra del reciclaje. Pero también mantiene en vida a su fundación gracias a la
venta de lo quie para muchos son desechos y para él y su gente una oportunidad
de tener recursos.
Este es el problema principal que ha
tenido que enfrentar REDCUNA estos últimos años: la falta de recursos. Todas
las actividades que realizan los niños y las personas de tercera edad son
exclusivamente financiadas por los pocos ingresos que logra ganar el señor
Pinzón. Esta falta de dinero se refleja en especial en los locales en los que
se acoge a los niños por las tardes. Las actividades se desarrollan en una
pequeña habitación de la casa de la familia que comparte el local con otras 20
familias. Este es un problema mayor en el sentido en que se pueden acoger un
máximo de 15 a 20 niños, cuando se sabe que muchos más quisieran participar.
Una parte de mi trabajo en REDCUNA
estaba en relación con este problema. En efecto me dediqué a encontrar fuentes
de financiamiento. En un primer tiempo estudié el macro proyecto que tiene la
fundación, que consiste en describir todas las necesidades que tiene en
términos de infraestructura, profesionales (como psicólogos y expertos en
informática) y materiales (como la comida para los refrigerios de los niños o
material escolar). Después de haber hecho algunas modificaciones y de haberlo
detallado, se lo presenté a algunos profesores de la universidad que tienen
vínculos con el sector privado para que me aconsejen en cómo mejorarlo. En
efecto el objetivo de esto macro proyecto es poder presentárselo a una empresa
que esté dispuesta a trabajar en responsabilidad social empresarial con
REDCUNA. Actualmente estoy viendo que empresas quisieran recibirme un día para
que les hable de esta fundación.
En paralelo a esto, y siguiendo la idea
de encontrar recursos, estoy trabajando sobre un proyecto de plan padrino con
el fin de encontrar personas que deseen hacer un aporte mensual y regular.
Finalmente, puesto que la fundación vive exclusivamente de la venta de residuos,
he logrado establecer ciertos vínculos con locales de restauración que guardan
de lado las botellas de plástico y sus tapas (que recojo regularmente). Las
botellas son acumuladas para que entren en proceso de reciclaje y de esta
manera la organización logre recursos y las tapas son recopiladas por la
asociación para que los chicos que lo requieran puedan ser atendidos en el Centro
Nacional de Cancerología (sede Bogotá) que tiene un programa para atender a
niños de pocos recursos y como contraprestación deben llevar tapas. Ellos en
cancerologia han establecido cirerto número de tápas para que un médico atienda
a un pequeño y otro trato para que un menor sea intervenido quirúrgicamente.
Obviamente, menores que sufren de cáncer.
Mi trabajo en REDCUNA también consistió
en apoyo directo a los niños. Todos los lunes y los miércoles de 2PM a 5PM iba
al inquilinato donde opera la organización (viven cerca de 20 familias en el
terreno) a ayudar a los niños. Como ya mencionado antes, la primera hora me
dedicaba a apoyar a los niños con sus tareas en materias variadas como las
matemáticas, el inglés o el español. A primera vista puede parecer fácil, pero
uno no se da cuenta lo difícil que es mantener a un niño concentrado en lo que
hace (sobre todo cuando se trata de tareas de matemáticas) hasta que decide
ayudarlo con sus deberes. Una vez que los que necesitaban ayuda han terminado
sus tareas escolares se prosigue con las actividades artísticas. A principios
del semestre trabajamos en actividades de circo para una presentación en La Plazoleta
del Rosario. Los niños se dedicaron a lo que más les gustaba: sancos,
malabares, acrobacias o jumpers. Gracias a esta presentación, que tuvo un
cierto éxito en su público, la fundación recibió un poco de dinero. Con este
dinero se pudo realizar un pequeño viaje al municipio de Mesitas
(Cundinamarca), con los niños que participaron de la actividad. Posteriormente,
tuvimos el apoyo de la Alcaldía Local para el desarrolllo de una serie de talleres
focalizados en la sensibilización sobre las drogas. Los niños compartían sus
experiencias sobre este tema y se organizaron debates para que aprendan a
respetar la palabra de los otros y a hablar en público sin tener que alzar la
voz para hacerse escuchar.
Finalmente, durante la última parte del
semestre nos hemos focalizado en manualidades como pinturas sobre pedazos de
plástico para Halloween y Navidad. También, se trabajó en la elaboración de
dominós y joyeros.
Para la sustentación final de una
materia que he cursado este semestre, a la cual se tenía que llevar un pequeño
detalle para el jurado, tuve la oportunidad de regalar cuatro de estos joyeros
hechos a partir de páginas de viejos anuarios y al mismo tiempo presentar la
fundación pidiendo que me contacten si desean hacer un aporte puntual o si
están en contacto con una empresa que estuviera interesada en trabajar su
responsabilidad social empresarial (sigo esperando una repuesta). Para terminar
mi voluntariado estoy pensando en hacer presentaciones sobre la cultura
francesa y más generalmente sobre la historia, la gastronomía y la geografía de
Europa. Me di cuenta de la necesidad de tales presentaciones cuando los niños
me han hecho preguntas como ¿Es Italia la capital de Francia? o ¿Está Francia
al lado de Europa?
A través de todo esto el objetivo es
transmitir valores y conocimientos a los niños. Finalmente entendí por qué
algunos maestros dicen que ellos aprenden mucho con los estudiantes, pues esta
experiencia me enriqueció, por un lado, para la búsqueda de recursos. Esto me
permitió hacer el vínculo con mis clases de análisis financiero ya que he
tenido que manejar la contabilidad de la asociación para encontrar el costo
promedio de un niño para el plan padrino, por ejemplo. También me permitió
mejorar mis capacidades orales puesto que uno tiene que hablar frente a niños,
siempre captar su atención y nunca perder confianza en lo que se dice. Se
aprende, igualmente, a trabajar con los niños. Eso no se puede improvisar, como
lo pensaba al principio. Poco a poco se va conociendo a cada uno de ellos y se
sabe cómo se tiene que abordar ciertos temas de diferente y según el individuo.
Tengo que admitirlo, también aprendí mucho trabajando en las actividades
manuales, ¿quién hubiera imaginado que se podían hacer joyeros a partir de
hojas de anuarios viejos y un poco de pegamento, o un juego de parchís con
pedazos de plástico, pinturas y silicona?
Algo que me sorprendió mucho y creo
jamás olvidaré son las historias que cuentan los niños como si fuera normal. A
través de las narraciones cotidianas tuve la oportunidad de conocer un poco más
las realidades de los barrios desfavorecidos en los cuales viven estos niños.
Uno se queda sin palabras y se siente impotente cuando un niño empieza a contar
como su padre, que siempre cargaba un arma sobre si porque hacia negocios no
recomendables, se hizo matar a balazos en frente de él y de su madre. Las
historias de ajustes de cuentas a balazos en los barrios en los que viven ya
son banales para ellos y no les parece extraño, cuantas veces he escuchado: “ah
sí profe ayer hubo otro tiroteo en frente de mi casa”. Otra de las cosas que me
llamó mucho la atención fue el contacto que tienen estos niños con las drogas,
por ejemplo cuando la señora de la alcaldía preguntó lo que era la marihuana,
uno de ellos respondió “es lo que se fuma mi madre todos los días”. Hablando
con el señor Pinzón, me enteré que algunos de los niños ya habían entrado en
contacto con el mundo de las drogas (marihuana,
boxer …). Cuando se habla de la policía, los niños tienen su punto de vista muy
claro y es uniforme en todos ellos, no se puede confiar en ella, esto se puede
notar en frases como: “La policía es una mierda, tienen que tomar decisiones y
lo único que hacen es matar a la gente. Además se aprovechan más de los pobre
que de los ricos.”
Un punto positivo que me gustaría
destacar es la proximidad con las personas con las cuales se trabaja. En efecto
REDCUNA es una asociación de base, que no tiene jerarquía puesto que solo está
compuesta por la familia Pinzón quien la creó, don Manuel que viene a ayudar
cuando puede y los voluntarios. De esta manera uno está directamente en
contacto con todos los problemas que presenta la fundación, el voluntario se
siente al mismo nivel que el que ha creado la fundación lo que le dan aún más
ganas de involucrarse y encontrar soluciones (y no solo hacer esto por los
créditos que se pueden obtener al final).
Esta experiencia me ha permitido
satisfacer por un lado mi sed de ayudar a la gente, sobre todo a los niños,
necesidad que tengo presente en mi desde hace años a través de mi padre que
siempre ha trabajado de voluntario en ONG que acogen a niños de las calles y
también a través de la presidencia de la asociación Niños de Guatemala cuando
estaba realizando mis estudios en Francia. Por fin he podido ayudar sobre el
terreno. Por otro lado, este voluntariado (que estoy convencido de renovar en
la misma fundación el próximo semestre) me ha enriquecido en varios aspectos.
He aprendido a trabajar, a hablar, a escuchar a los niños que necesitan contar
todas esas cosas horribles que viven cotidianamente. Gracias a este intercambio
directo con la familia Pinzón y los niños he podido darme cuenta de las
realidades de Colombia (con hechos que uno no puede leer en los medios de
comunicación, como la corrupción recurrente de la policía) e impregnarme un
poco más de la cultura colombiana.
Muchas veces se escucha a niños y
adolescentes hablar de la calle como si fuese su hogar: “yo nací en la calle”,
“a mí me crió la calle” o “mi cultura es la de la calle”. El sueño de REDCUNA
es volverse ese segundo hogar, remplazar a la calle, para formar ciudadanos
responsables, conscientes de las realidades en las cuales se desenvuelven y así
ofrecerles más oportunidades para el futuro. Es por esto que deseo renovar mi
compromiso en esta fundación, porque no hay mayor satisfacción que ver un niño
feliz y que presenta mejoras, escolares y comportamentales.
Para concluir este
reporte sobre mi trabajo como voluntario, me gustaría resaltar la razones por
la cuales otros estudiantes deben considerar esta oportunidad que nos brinda la
universidad. Primero es importante señalar que la Universidad Externado es una
de las pocas universidades (en relación con Sciences Po Paris), si no es la
única, que propone un programa de voluntariado, que además permite obtener un
cierto número de créditos en función del volumen horario realizado. Lo que me
agradó mucho es la variedad de fundaciones con las cuales la universidad tiene
convenios para este programa. Esto le permite al estudiante escoger el tipo de
voluntariado, de experiencia profesional y/o humana, que está buscando. En
efecto se puede postular tanto para grandes organizaciones en la cuales se va a
realizar principalmente trabajo administrativo, de oficina, lo que se puede
asemejar más a una experiencia profesional; como también se puede trabajar con
pequeñas ONGs de base (como lo es REDCUNA) en las cuales se va a estar en
contacto directo con la población objetivo y con las problemáticas que se
presentan a ellas. Esta dicotomía es obviamente general, personalmente aunque
trabajando en una pequeña fundación, dado el hecho que no posee un personal
fijo y por lo tanto ni jerarquía ni división de las tareas, he tenido que hacer
trabajos de tipo administrativo fuera de las horas en la asociación. Como ya
mencionado anteriormente, esta parte de mi trabajo se focalizó en la búsqueda
que recursos: promoción del macro proyecto revisado, análisis de las cuentas
para un futuro plan padrino y búsqueda de convenios con locales para apoyo con
el reciclaje. Es más, estoy seguro que las grandes fundaciones que cuentan con
profesionales y una organización compleja también permiten a los voluntarios
estar presentes sobre el terreno y estar en contacto con la gente. Por lo tanto
este programa de voluntariado es muy completo, todos los estudiantes pueden
encontrar la fundación que les convenga en función de lo que desean hacer. En
lo que me concierne estoy muy satisfecho de esta oportunidad atípica en un
recorrido universitario, me ha permitido al mismo tiempo trabajar directamente
con niños de los barrios desfavorecidos y con la familia Pinzón (lo que me dio
la oportunidad de conocer mejor parte de la cultura colombiana y tener otro
punto de vista sobre lo que ocurre en el país del que tienen mis compañeros de
clase). También me dio la posibilidad de poner en práctica algunos de los
conceptos aprendidos en clase (como principios de derecho de los negocios y
conocimientos de contabilidad).
No hay comentarios:
Publicar un comentario