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miércoles, 23 de mayo de 2012

PRIMAVERA ÁRABE, PETRÓLEO E INTERNET



Paula Andrea Rojas Chaves
La Primavera Árabe fue desencadenada por la autoinmolación de Mohamed Bouazizi en Túnez, en diciembre de 2010, hecho que generó simpatía masiva en un tiempo relativamente corto, y que condujo a la destitución de los presidentes de Túnez y Egipto, donde la agitación se propagó rápidamente, pese a la represión, concesiones y la cooptación, y lo hizo principalmente a través de medios de comunicación y redes sociales, y se extendió por casi todos los estados árabes, persistiendo en la actualidad. Nace como protesta contra la conducta inherentemente democrática de quienes detentan la autoridad y se fundamentó en una rebelión contra el uso, o mejor el abuso de la autoridad en todos los ámbitos.
En un principio, países como Francia y Gran Bretaña apoyaban a los dirigentes de Túnez y Egipto, puesto que se beneficiaban de las dos dictaduras, y no sólo los apoyaron durante los levantamientos, sino que los asesoraron activamente sobre cómo reprimir a los rebeldes. Y muy tarde, se dieron cuenta de su error político y vieron la necesidad de encontrar un camino para redimirse, y lo hallaron en Libia, donde pese a haber tenido negocios rentables por más de una década, se descubrió de manera repentina que Gadaffi, el líder libio, era un terrible dictador, por lo que apoyaron militarmente y de forma abierta a los rebeldes libios; sin embargo, por determinados que estuvieran, Francia y Gran Bretaña no podían derrocar a Gadaffi sin ayuda, necesitaban a EE.UU, y aunque Obama se mostró renuente al principio, posteriormente bajo presión para la promoción de los derechos humanos, añadió la ayuda militar y política de EE.UU a lo que llamaban una acción de la OTAN[1].
Como lo menciona Wallerstein, con todo el malabarismo político que ha caracterizado los hechos, la Primavera Árabe se ha convertido en otro elemento de lo que actualmente es una evidente agitación mundial, que tiene lugar por todas partes: Oxi en Grecia, Indignados en España, estudiantes en Chile, los movimientos Ocupa, las huelgas en China, las manifestaciones en Hong Kong, entre otros[2]; agitación que se expande y gana fuerza en todo el mundo, permitiendo que muchos movimientos se puedan expresar abiertamente en donde no podían hacerlo anteriormente, que no será un fenómeno pasajero y que además, no será tan fácil de contener.
La pregunta que aquí surge es entonces  ¿Cuál es el rol desempeñado por la ciudadanía en los eventos de la Primavera Árabe, y a su vez, cómo influyen los intereses de los actores dominantes en el sistema internacional, tales como Francia y Gran Bretaña en sus actuaciones?, ¿priman los intereses propios o los de los levantados?
Entonces, cabe recordar que la acción colectiva tiene 2 fases principales, una primera que tiene peticiones poco precisas, agrupación flexible y donde se produce la formación de la identidad del grupo, y la segunda, que consiste en una organización más formal, donde se distinguen líderes y representantes, y cuyo objetivo es institucionalizarse para transformarse en una organización de la sociedad civil. (Cohen y Arato, 2002, 615-617).
Con lo anterior, se puede decir que en los eventos de la Primavera Árabe el actor más importante ha sido el conjunto de la ciudadanía, y su tejido asociativo, que compone defensores de los derechos humanos, activistas sociales, sindicalistas, ciberactivistas y varios grupos e individuos sin la necesidad de una adscripción política ideológica u orgánica determinada, en general, la verdadera protagonista ha sido la sociedad civil.
Así mismo, aunque las redes sociales hayan contribuido a que los movimientos sociales pudieran organizarse de forma más rápida y ágil puesto que el internet y los instrumentos que este brinda se utilizan para la organización de los movimientos, en ningún caso es una acción colectiva en sí misma.
Por otra parte, Michael L. Ross menciona que antes de que se iniciaran las revueltas, los ciudadanos de los países con poco petróleo como Egipto, Jordania, Líbano, Marruecos y Túnez, contaban con mayores libertades que los de los países que poseían gran cantidad del mismo, tales como Bahrein, Irak, Kuwait, Libia y Arabia Saudita; así mismo, señala que se vio como, iniciadas las revueltas, los regímenes ricos en dicho recurso son más eficaces defendiéndose de los intentos de desbancarlos, pues cuentan con mayor cantidad de recursos y de apoyo por parte de los principales socios económicos dependientes del vital hidrocarburo, para frenar y reprimir los brotes de rebelión.
Reiterando lo anterior, se ha visto que pese a que en los últimos años ha habido grandes progresos en términos de democracia, pasando del 30% de gobiernos democráticos en el mundo en 1980, al 60% en la actualidad, las democracias que han surgido lo han hecho en países con poco petróleo o nada, puesto que estos países son más proclives a la democratización, ya que como algunos expertos lo mencionan, la riqueza petrolera conduce al autoritarismo, la inestabilidad económica, la corrupción y la violencia, lo que se conoce como la Maldición Petrolera. (http://www.foreignaffairs.com/articles/68200/michael-l-ross/will-oil-drown-the-arab-spring)
Organizaciones como Human Rights Watch se manifestaron al respecto, a través de un informe, diciendo que los gobiernos deben mantenerse firmes con los habitantes de Medio Oriente y África del Norte cuando exigen sus derechos fundamentales y trabajar para asegurar la transición a democracias genuinas; en este sentido, el apoyo internacional a los manifestantes pacíficos y críticos de los gobiernos es tal vez la mejor forma de presionar a los autócratas y mejorar las libertades fundamentales.
Por último, se ha hablado de que la Primavera Árabe es un suceso que no se puede considerar como uno solo puesto que cada proceso revolucionario lleva marcados los rasgos de su carácter nacional, y adicionalmente, pese a la importancia que tiene la información en el ámbito de las redes y que resaltan continuamente las autoras Keck y Sikkink, aunque los jóvenes tuvieron un papel en la difusión de las protestas y en las convocatorias a través de las redes sociales, no se les puede asignar una cuota de poder importante puesto que por sí solos no son un actor político. (http://www.semana.com/mundo/cinco-mitos-primavera-arabe/169731-3.aspx)
En general, los cambios a aproximadamente un año de los hechos, son significativos, pues el rumbo de estos países era decidido por personas adineradas situadas en la parte más alta de la sociedad, que permanecían en el poder debido a que eran aliados de los dictadores, sin embargo, lo que hace que ésta revolución vaya más allá, es el hecho de que al quitar a los dictadores, se van con ellos sus familiares y los demás aliados políticos. Así mismo, como menciona Juan Cole[3], existen posibilidades de democratización para estos países, para unos más que para otros, como es el caso de Túnez, Siria y Egipto, donde la antigüedad del Estado da más seguridad a sus instituciones, mientras que los demás encuentran más dificultades para ello, pues presentan importantes falencias a nivel institucional, y en el caso de Libia, sus ingresos petroleros se sitúan como su única ventaja.
Entonces, cabe preguntarse si ¿el éxito de movimientos como el de la Primavera Árabe depende más de las iniciativas populares al interior de los países o del apoyo de los actores externos poderosos, y si éste puede medirse en términos de una verdadera democratización?

LO QUE VEO
LO QUE ESCUCHO



[1] Immanuel Wallerstein. Las contradicciones de la Primavera Árabe, en http://questiondigital.com/?p=824
[2] Ibíd.
[3] Profesor e Investigador de la  Universidad de Michigan.

4 comentarios:

  1. considero que el éxito de la Primavera Árabe tienen lugar desde las iniciativas sociales, puesto que estas al sentirse identificadas y al saber y conscientizarse de que sus derechos les estaban siendo vulnerados, decidieron protestar en busca de un verdadero cambio. no obstante en mi opinión los intereses externos considero ue si han jugado un papel fundamental en dicho proceso, teniendo en cuenta que para actores como EE.UU es de gran importancia geoestratégica su intervención en sicha región del mundo. que sea o no un verdadero paso a la democracia se tendría que ver en los proximos años, porque hoy en día las instituciones estatales aun gozan de gran inestabilidad política sumandole a esto la gran corrupción que se puede llegar a enconrar en las mismas.

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  2. Me parece importante que resaltes los diversos intereses que puede haber de por medio en estos países ricos en hidrocarburos; además hay que tener en cuenta que es más difícil remover un régimen dictatorial en estos países, y es por esto, que por ejemplo en Libia, fue necesaria la intervención de países preponderantes en el sistema internacional, pues su gobernante oponía una mayor resistencia.
    En cuanto al proceso de democratización, pues así como no se puede hablar de una sola Primavera Árabe, no se puede hablar en general de una democratización para todos, pues cada estado tiene unas carcterísticas determinadas, además cuentan con dificultades diferentes, ventajas diferentes y retos diferentes.

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  3. El éxito de la Primavera Árabe, considero que se debe en mayor medida a las iniciativas populares internas de cada país, no obstante al contar con la participación de los medios internacionales, les dio un impulso por la exposición de la situación. Si bien estas revoluciones, reclamaban la democracia y la mejora de las condiciones de vida de la población, el apoyo de los actores externos, fue algo que no se dio como reacción inmediata, pues fue evidente que antes de las manifestaciones, EE.UU miraba con buenos ojos algunos de los regímenes por sus intereses por el petróleo, pero posteriormente decide apoyar las manifestaciones de la población, dejando claro que el verdadero éxito se debe a las iniciativas de cada país y no por el apoyo de actores como EE.UU, Inglaterra y Francia , pues estos últimos reaccionaron como respuesta a sus intereses individuales.

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  4. Laura, estoy de acuerdo contigo en que la iniciativa de los manifestantes fue vital para el éxito de la Primavera Árabe, sin embargo la presión internacional, aunque haya estado viciada por intereses particulares, también desempeña un rol importante.

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