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miércoles, 15 de octubre de 2014

La Sociedad Civil y la democracia participativa

Por Vincent Nagot


Democracia y sociedad civil son dos palabras que hoy  hacen parte del léxico común pero cuyo el sentido es más difícil de entender. La razón es que han evolucionado con el tiempo.  Así, el liberal inglés Locke definía la sociedad civil haciendo parte del doble contrato que tiene la sociedad para formarse y unirse contra un estado despótico. Hoy, la sociedad civil se sitúa entre el estado y el mercado, en un tercer espacio que reúne un conjunto heterogéneo de actores sociales que actúan en el espacio público para el bien común. Gellner la define como “un set de diversas organizaciones no gubernamentales lo suficientemente fuerte como para contrarrestar al estado y que, sin impedirle al estado que cumpla su rol de garantizar la paz y arbitrar entre los principales intereses, pueda, de todas maneras, impedirle dominar y atomizar el resto de la sociedad” (Gellner 1994).
Esta sociedad civil es institucionalizada gracias a leyes, derechos, normas y actores de varios tipos. La democracia se puede definir como un régimen político que requiere elecciones y la existencia de alternativas creíbles al poder y garantías a la libre opinión, expresión y asociación. 
Hoy la democracia debe hacer frente a una serie de desafíos para mantenerse como un tipo de régimen viable aunque se eleva más y más críticas al sistema. Los gobiernos son afectados por unas crisis de legitimidad, de eficiente y crece una falta de confianza en la política.  También aparece una aspiración de los ciudadanos para participar en la vida política de otra manera. No solo con abstención.
¿Qué relación tienen la democracia y la sociedad civil? ¿Cómo la sociedad civil puede ser una necesidad por la adaptación de la democracia?
Primero vamos a ver la relación de interdependencia que tienen la democracia y la sociedad civil antes de ver por qué y cómo se puede hacer le evolución de la democracia?
I-
La sociedad civil ha estado imaginada como una manera de protegerse de los abusos del Estado, el mismo hecho para proteger los individuos de sus similares en un estado de “guerra de todo contra todo” (Hobbes). La diversidad de los intereses representados en la sociedad civil permite defender una pluralidad de opinión exprimidos gracias a medios de comunicación y acciones. Eso permite la organización de minoridades para evitar que sean oprimidas por la mayoridad. Así la sociedad civil ofrece una pluralidad necesaria a la democracia y desarrolla en el mismo tiempo una oposición pacífica a las políticas públicas y al poder establecido. Las organizaciones de la sociedad civil pueden controlar el poder y denunciar  prácticas que amenazan la democracia como por ejemplo la corrupción o las violaciones de derechos humanos.
Al mismo tiempo, la democracia es una necesidad para la armonía de la sociedad civil. La democracia permite garantizar derechos de las organizaciones de la sociedad civil. Un régimen autoritario puede establecer muchas dificultades para impedir el desarrollo de la sociedad civil y de sus organizaciones. Marieclaire Acosta Urquidi pone en evidencia muchas de esos obstáculos que superan la represión. Primero por impedimentos jurídicos que pueden ser en la formación y el registro de las organizaciones, en limitaciones en el derecho de reunirse, en restricciones al acceso a las tecnologías de la información y de comunicación o de restricciones a recursos. Segundo por una falta de protección a las personas de estas organización con una incapacitad a protegerle contra la violencia y una impunidad de los ataques. Finalmente Urquidi habla de “Los ataques a la libertad de expresión y de incidencia por medio de la limitación o censura, la aplicación arbitraria de leyes sobre difamación, la aplicación de penas desmedidas a los disidentes […]” Así una democracia desarrollada con un estado de derecho es una necesidad por el buen funcionamiento de la sociedad civil y recíprocamente.
II-
Hoy en día el sistema democrático debe enfrentar muchos cuestionamientos sobre sus debilidades.  Elecciones libres representan la democracia. Pero no son suficientes y a pesar de que son representativas no dan el derecho a los elegidos de hacer todo lo que quieren, además que sus legitimidad es afectada por la abstención. El problema principal que tienen actualmente las elecciones es que transformaron la política en un marketing político donde los políticos se vendan con discursos los más comunes. Como le explica Michel Venne, el poder se traduce en voto lo que hace que cada política debe ser aprobada por el “apoyo de las masas”. Por eso la política actual favorece “la cuantidad a la cualidad” y “la popularidad a la verdad”.  El sistema de representación no permite de tomar en cuenta todos los intereses y las evoluciones rápidos del mundo contemporáneo (tecnológicas, económicas, demográficas etc.) complican el trabajo de los políticos que no tienen la capacitad de entender cada particularidad. Las crisis económicas han demostrado la incapacidad de los gobiernos a resolverlos.  María Gabriela Córdova Rivera  subraya otros procesos que plantean problemas en América Latina, entre otros “la pérdida de hegemonía de los bloques otrora dominantes, el vaciamiento de las organizaciones políticas tradicionales […] y una pérdida de confianza en la institucionalidad democrática tradicional”.
¿Cómo la sociedad civil puede jugar el papel de dinamización de la sociedad? Es la pregunta de numerosos sociólogos que han analizados la despolitización de la sociedad en América Latina como una consecuencia de las políticas neo-liberales de los noventas. “La insuficiencia de la forma de integración social conformada a partir de las reformas estructurales de matriz neoliberal se ha hecho evidente.” escribe María Gabriela Córdova Rivera. Hay una necesitad de “re-politización del espacio público y [de]  la redefinición del papel que las sociedades y sus organizaciones pueden jugar en este nuevo escenario”. Según Oxhorn (1995) las organizaciones de la sociedad civil “han cumplido un rol fundamental en el desmantelamiento de los regímenes autoritarios” pero actúan más en un “rol de consolidación de la democracia que en el rol de los procesos de transiciones democráticos”. Hoy si las instituciones democráticas son establecidas, quedan lejos de los miembros de las sociedades (Pearce 1997). La participación ciudadana parece inevitable como respuesta a estos problemas y a las evoluciones mundiales. Así se trata de saber por cualquier canales de participación se puede reforzar la democracia. El modelo de la democracia participativa puede ser una solución para adaptar la democracia. Las relaciones de la sociedad civil y del Estado, que estaban en conflicto y con tensiones, deben considerar una colaboración eficiente para permitir que los ciudadanos se sientan realmente implicados en las políticas. Eso necesita que los ciudadanos tienen la capacitad de hacer parte o de dar sus opiniones sobre las decisiones políticas. El dudo en la participación de los ciudadanos debe ser reducida por un trabajo en profundo de las organizaciones de la sociedad civil con la educación y la promoción  al debate público, a la participación política y a la crítica. Eso pasa también por el desarrollo de los valores democráticas (tolerancia, compromiso, respeto…)  con sus acomodación y la práctica para que sean completamente integradas.   
Conclusión
Hoy las democracias enfrentan muchas evoluciones y especialmente una demanda más importante de participación de los ciudadanos. Las organizaciones de la sociedad civil son más y más numerosas y este proceso acelerado por las nuevas tecnologías aumenta su poder. Hay una necesidad de integración de las organizaciones de la sociedad civil en el proceso de decisión pública para legitimar y mejorar las políticas públicas. También estas organizaciones deben jugar un rol en la formación de los ciudadanos para permitir una democracia participativa que sea real.

Referencias:
Antonio Elizalde, Gonzalo Delamaza y María Gabriela Córdova Rivera, « Sociedad Civil y democracia en América Latina: desafíos de participación y representación »,Polis [En línea], 36 | 2013, Puesto en línea el 15 diciembre 2013 URL : http://polis.revues.org/9381
Mariaeclaire Acosta Urquidi, 2013 «  La emergencia de la sociedad civil como actor político de alcance mundial : amenazas y desafíos » en Revista Mexicana de Político Exterior 98, mayo-agosto. México .pp. 151-16
Democracia, sociedad civil y ciudadanía: tres conceptos que definen el marco de la participación, Jorge A . Narro.
Cohen, Jean: Civil Society and Political Theory. 1994.

6 comentarios:

  1. Como ya hemos visto en el texto de Ibarra, hay diferentes dimensiones en que puede influenciar la sociedad civil en las políticas públicas. Tenemos la dimensión simbólica o conceptual que corresponde al proceso de construcción de problemas, explicitación de demandas, elaboración de discursos y conformación de agendas publicas de actuación, la dimensión sustantiva que corresponde al proceso de formulación de políticas y toma de decisiones, es decir la fase donde se negocian contendidos y se formalizan por medio de decisiones jurídicamente respaldadas y la dimensión operativa que se refiere al proceso de implementación. En el se ponen en marcha mecanismos de producción de servicios programas y proyectos. Cuando la sociedad logra influenciar en eses dinámicas de las políticas públicas puede tener un impacto directo en las decisiones y contribuir a dar forma a las políticas de la región/del país.
    Como le dice Bernado Sorj en su texto “¿Pueden las ONG reemplazar al Estado? Sociedad civil y Estado en América Latina” “[l]a forma del espacio público y de sus actores depende de las actividades de [los miembros de la sociedad], de su capacidad para crear nuevas formas de expresión, de asociación y de vida institucional.
    Pero me parece que el debate que tenemos va más allá de contribuir al espacio político y de participar en la toma de decisiones. Porque las tasas bajas de participación política durante las elecciones democráticas (en Colombia en 2014 la participación fue menos de 50%) efectivamente muestran que la democracia participativa se encuentra en una crisis. Debido a la participación baja de los ciudadanos a los elecciones, los resultados de las últimas pierden de legitimidad y de apoyo.
    Pero ¿qué pasa? Algunos dicen que hay una falta de interés por lo que pasa en la esfera política y es por eso que no votan y no se involucran en la vida política. Otros dicen que es un falta de información y la discapacidad de votar si no se conocen los programas e ideas de los partidos.
    Sin embargo, me parece que existen, empero, en Colombia un montón de organizaciones del Tercer Sector, ONGs y otros organizaciones de la sociedad civil, sin ánimo de lucro, que se comprometen para luchar para el bien público. Según Rodrigo Villar, hay “135.599 entidades colombianas sin ánimo de lucro [en donde] trabajan 286.861 empleados de tiempo completo o equivalente. (...) El número de voluntarios de tiempo completo o equivalente que trabajan en estas entidades es de 90.756. [E]l país contaba en 1995 con 377.617 personas trabajando de tiempo completo o equivalente en las entidades sin ánimo de lucro. Este número corresponde al 3.11% del empleo no agrícola del país.“ Y cuando ese número se mira en relación con el sector der servicios „en donde está la mayor parte de la actividad de las entidades sin ánimo de lucro, la participación del Tercer Sector es de 14.9%. Si la comparación se hace incluyendo a los voluntarios, la participación alcanza al 18.8%.“ Esos son cifras que muestran que no falta verdaderamente de interés político. Más bien hay una orientación hacia otras formas de participación política y de involucramiento. Es más la falta de los partidos políticos y sus candidatos de responder a las necesidades de los ciudadanos y su reputación afectada por escándalos de corrupción que hace que la democracia participativa como tal no funciona más. Visto que los actores principales de esas democracias no logran a responder a las demandas de los ciudadanos, los dichos se movilizan para crear sus propias instituciones políticas que toman en cuenta problemáticas actuales al nivel regional y nacional.
    Aunque todavía se puede criticar que no hay una implicación suficiente de la gente en esas organizaciones del Tercer Sector (a pesar de que un gran número de organizaciones existe) me parece que en America Latina el Tercer Sector es bastante amplio y podría influenciar de manera significativa las políticas públicas hasta proponer alternativas a la democracia representativa defectuosa como la divisamos hoy.

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  2. Considero que una de las formas de fortalecer la calidad de democracia, son “los espacios del governance” señalados por Ibarra, los cuales hacen referencia a espacios, en los que en la formulación e implementación de políticas públicas no sólo participan los policy makers estatales, sino que también participa la sociedad civil. Estos espacios de governance permiten que las OSC y los tomadores de decisión del Estado, identifiquen de forma conjunta los problemas, formulen políticas públicas y den paso a su implementación. Es decir, las OSC estarían cumpliendo una labor de cooperantes con el Estado en la construcción del ciclo de políticas públicas para toda la sociedad, lo que mejora y profundiza la calidad de la democracia.

    Respecto a esto, me parece muy importante señalar que el pasado 10 de octubre, Simón Gaviria Muñoz, director del Departamento Nacional de Planeación (DNP) señaló que esta entidad iba a empezar “la vuelta por Colombia”, que es un recorrido por 13 ciudades, en las que se reunirán con la sociedad civil, los gremios, los grupos étnicos, la academia, los alcaldes y los gobernadores para definir el Plan Nacional de Desarrollo 2014 -2018.

    En los encuentros regionales, los representantes del Gobierno Nacional y de los Ministerios se reunirán con mesas de trabajo compuestas por el Consejo Nacional de Planeación, los Consejos Territoriales de Planeación, representantes de la sociedad civil, los gremios, los grupos étnicos, la academia y los gobiernos territoriales (gobernadores, alcaldes y delegados de subregiones) (PORTAFOLIO, 2014).

    Esta iniciativa es un claro ejemplo de los espacios de governance señalados anteriormente, en el que específicamente se busca trazar de forma conjunta los principales lineamientos del PND de los próximos 4 años, con participación de las OSC en la toma de decisiones estatal y en la conducción de la democracia en Colombia durante el nuevo gobierno.

    Bibliografía
    PORTAFOLIO. (10 de Octubre de 2014). Inicia la construcción del Plan Nacional de Desarrollo. PORTAFOLIO.


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  3. Estoy totalmente de acuerdo contigo.
    Tengo solamente algunas preguntas o puntos claves que podemos hablar ambos. La sociedad civil aparece como una manera de fortalecer a la democracia y puede desempenar el papel del vinculo para salvar a nuestra democracia que atravece la crisis actual de legitimidad.

    Segun el sociologo G. Simmel, podemos entender la crisis de legitimitad como una falta de identificacion de los ciudadanos en un nivel global (como la Union Europea donde el tamano no permite a las economias psicologicas de los individuos reconocer a una entidad mas grande que un Estado hoy en dia). Eso puede justificar a la existencia de una crisis del Estado como de la democracia. Esta thesis es utilizada para explicar al auge de partidos extremistas en Europa.

    Las organizaciones de la sociedad civil, cuyo tamano es mas pequeno, puede ser el vinculo que falta a la articulacion entre los ciudadanos y el estado. Podrian ser una repuesta a la teoria de George Simmel.

    No obstante, quien va a elegir que tipos de organizaciones de la sociedad civil capaces de hacer partes de los tomadores de decisión del Estado. Es decir, no hay criterios por una eleccion de las OSC que pueden cumplir una labor de cooperantes con el Estado en la construcción del ciclo de políticas públicas para toda la sociedad, lo que mejora y profundiza la calidad de la democracia.
    Si fuera los représentantes del gobierno de proximidad, no hubria una manera democratica directa que puede dar posibilidad de cumplir esta labor de cooperantes. Eso, podria volverse una lastima o una nueva fuente de deligitimacion.

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  4. Las organizaciones de la sociedad civil, le brindan a un Estado la oportunidad de ser más democráticas, pues al incluir la participación de los ciudadanos se abren las puertas para dar la opinión y presionar para que se cumplan los derechos. Actualmente, la sociedad civil es sinónimo de democracia, es la base de un Estado democrático y pluralista, que busca la consolidación de una ciudadanía fuerte y consistente.

    Si no se tuviera en cuenta el papel fundamental que las OSC poseen, muy posiblemente no existiría una forma de lucha por intereses comunes, de dar a conocer que muchas veces el Estado no cumple y que limita las acciones de la población al establecer políticas publicas que no son viables para el bienestar general.

    Es así, como mediante las votaciones y en si mediante la democracia participativa, la sociedad civil promueve el cambio, y le comunica al gobierno la importancia de escuchar y garantizarle a los ciudadanos el cumplimiento de lo que se prometio.

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  5. Como se mencionó en este articulo el rol de la sociedad civil es muy importante para que se de un correcto proceso democrático, y un funcionamiento del Estado que sea acorde a los intereses de la población.

    La actualidad colombiana del proceso de paz por ejemplo, exige una participación activa de la sociedad civil, en conjunto con el Estado y los grupos armados para poder generar un correcto marco en cuestiones del pos- conflicto referentes a las victimas, la verdad y reparación, la reinserción de los guerrilleros a la vida civil y por último en la educación de los mismo ciudadanos acerca de lo que significa llevar a cabo un proceso de paz y un marco jurídico de justicia transicional.

    Es por esto, que por medio de las alcaldías de las ciudades más importantes del país, especialmente en Bogotá se han promovido programas encaminados a reunir y dar herramientas a la sociedad civil para que tengan una voz y voto en lo referente al proceso de paz no solo en el marco jurídico, sino también en las cuestiones sociales, políticas, económicas y culturales que conlleva la cercana fase del post-conflicto.

    Tatiana Velandia

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  6. Estoy totalmente de acuerdo con la idea que las democracias presentan una crisis de legitimidad actualmente, más si se tiene en cuenta el caso colombiano donde la abstención de voto es superior al 50% y donde los gobiernos rara vez han podido solucionar las necesidades de la población.

    Pienso que las organizaciones de la sociedad civil pueden servir como el puente entre los gobiernos y la legitimidad. Estas se deben ser las encargadas de legitimar las políticas públicas y de velar que los intereses de la sociedad sean defendidos. De igual manera, mediante movimientos y educación, las OSC pueden enseñar a la gente sobre la importancia del voto; de esta manera estarían contribuyendo a la construcción de una democracia más participativa y por lo tanto más representativa y con más legitimidad.

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